Hay
un topo en mi vestuario
FICHA TÉCNICA
Título:
Las cuatro torres
Autor:
Leandro Pérez
Editorial:
Planeta
Encuadernación:
Tapa blanda
Páginas: 352
PVP: 19,50 €
LEANDRO
PÉREZ
Conocí
a Leandro Pérez en su
presentación de Las cuatro torres.
Hablador, simpático, convencido de lo que está haciendo. Esto es lo
que de él se nos cuenta en la contraportada de la novela:
Leandro
Pérez (Burgos, 1972 hasta ayer guardaba sus libros en un cajón.
Escritor y periodista, además de otras cosas, ha trabajado en
Madrid, en El Mundo y es uno de los creadores de
Trestristestigres.com, empresa que ha puesto en marcha numerosos
proyectos en Internet, a menudo periodísticos y culturales.
Además
de blogs, columnas y dosieres, Leandro Pérez ha escrito un par de
narraciones que jamás publicará y varios primeros capítulos que
quizá retome algún día. En algunos figura Juan Torca, el personaje
que protagoniza Las cuatro Torres, su primera novela.
Corre
como Torca, pero todavía no fume.
ARGUMENTO
Opaco
al brillo de las estrellas, Juan Torca regresó del mar de Aral con
el alma marchita y el cuerpo magullado. Desembarcó en Madrid, en un
hotelucho de la Gran Vía...
Juan
Torca, un exmilitar que acaba de llegar a Madrid recibe un encargo de
un antiguo compañero de armas:
Tienes
que averiguar quién es el topo que esta filtrando a Ramon Ribeyro lo
que se cuece en el vestuario del Madrid. (Página
28)
Un
asunto aparentemente sencillo, pero que seguro que es solo una
pequeña parte de algo de mucha mayor envergadura que saber quién es
el chivato.
FÚTBOL
Y NOVELA
Parece
mentira que siendo el fútbol una parte muy importante de nuestra
sociedad (no hay más que leer la prensa o ver los espacios
informativos en televisión), apenas tenga relevancia en la
literatura.
Pocos
son las novelas que tienen relación con este peculiar mundo. Que
haya leído puedo citar La simetría de los deseos de Eshkol
Nebo, en la que cuatro amigos israelítas se reúnen para
contemplar los mundiales de fútbol cada cuatro años, la reciente La pena máxima de Santiago
Roncagliolo en que el mundial de fútbol Argentina-78
sirve como referencia para contarnos la realidad sociopolítica de
Perú en aquellos años.
Mucho
más relacionado con el fútbol está la maravillosa Saber perder de David Trueba,
en que se nos narra la vida de un futbolista argentino fichado por un
equipo madrileño, que atropella a una menor de edad. Incluso en esta
gran novela, se habla de “un equipo madrileño”, que a poco que
conozcas la realidad de nuestro fútbol está claro que no puede ser
otro que el Real Madrid, pero no se le menciona por su nombre.
Por
eso, personalmente me alegro mucho de que una novela afronte el
fútbol y su realidad con nombres y apellidos, no solo los de
jugadores y presidentes sino que se diga muy clarito: Real
Madrid.
Escudo del Real Madrid |
Muy
claras y muy reales las palabras que pone en boca de uno de sus
personajes Leandro Pérez:
Si
no recuerdo mal, Mendoza dijo que prefería presidir el Madrid que
ser ministro. Tenía razón. Y hoy más que ayer. No sólo cualquiera
elegiría el éxito deportivo antes que el político. Ahora, además,
cuesta más ser presidente del Real Madrid que del Gobierno. Hace
falta tener mejores contactos y más dinero que cualquier politico
para ser el rey blanco. Pero merece la pena. El que consigue reinar
en el Real Madrid, a poco que lo haga bien, consigue más popularidad
y beneficios que el Zapatero o el Aznar de turno.
(Página 190)
O
esto otro que define a uno de los protagonistas, ficticio en este
caso:
Para
la gente como Barriocanales les importa una mierda Casillas, Mourinho
y la madre que los parió. Para esa gente, el fútbol no es un
deporte ni el opio del pueblo ni ninguna otra chorrada. Solo es
poder. Influencia. (Página
303)
En
realidad, parece que hoy día el mundo lo mueven dos motores: la
prensa rosa y la deportiva, ambas con una misma cosa común: el
espíritu cotilla de la humanidad:
El
fútbol es una máquina de fabricar rumores, una máquina de
cotilleos alimentada por todos. No buscan al chivato, porque todos se
chivan.
(Página 75)
LAS
CUATRO TORRES
Por
una vez y sin que sirva de precedente, un autor no tiene pudor en
definir su novela como novela
negra. O como mínimo
gris, si se mezcla con el merengue del Real Madrid.
Las cuatro torres |
Una
novela moderna que está ya con los tiempos que corren en la
investigación. Y es que hoy día un investigador que se precie no
puede dejar de pasar por alto las redes sociales, auténtica fuente
de información:
A
Torca las redes sociales le intrigaban. No concebía como la gente
desnudaba su intimidad sin pudor ni cautela. (Página
254)
Algo
de lo que ya nos hablaba Lorenzo
Silva en Antesde los dieciséis,
un reciente relato corto de la serie Bevilacqua
Otra
cosa que añoro son los tiempos en que una persona sólo era sus
llamadas telefónicas y sus papeles, si los tenía. Cuando no había
que fisgar en sus trescientos canales de comunicación con el mundo
para decir siempre lo mismo, casi nada de interés (Antes
de los dieciséis; Página
15)
De ahí que en la
novela aparezcan unas cuantas noticias tomadas de las propias redes
sociales, porque los jugadores de fútbol están inmersos en esas
redes:
Con
veintidós años, no podía no estar en Facebook.
(Página 61)
Gran Vía madrileña |
En
cuanto al estilo, Leandro Pérez tiene un lenguaje muy directo, con
mínimas pero suficientes descripciones (¿para qué abusar como
Stieg
Larsson
de descripciones de mobiliarios que parecen catálogos de IKEA?)
Sin
duda eso contribuye a que Las
cuatro torres
tenga un ritmo
muy cinematográfico,
fácil de visualizar en todo momento por el lector que puede poner
caras conocidas a muchos personajes. De hecho sería fácil hacer una
película con esta novela, en la que parte de su contenido puede
salir directamente de archivos televisivos.
Y
hablando de cine, no he podido por menos que pensar en Hitchcock
al leer Las
cuatro torres,
por su intriga, por ese Macguffin que atrapa al lector desde el
principio y, por qué no decirlo, con un cameo del propio autor,
aunque hay que esperar casi hasta la última página para
encontrarlo.
Una novela en la que
podemos encontrar guiños
metaliterarios. Se citará unos cuantos autores y libros
como Murakami y su De
que hablo cuando hablo de correr,o Vázquez
Montalbán con Los mares
del Sur. Hay cameos como el de
Arturo Pérez-Reverte y su famoso mechero.
O bien, una parte de
los nombres que aparecen son homenajes literarios, como Marsé,
Laforet, o Ribeyro el
periodista al que investiga Juan Torca por el escritor peruano Julio
Ramon Ribeyro, al que Leandro
Pérez admira.
JUAN
TORCA
Algo fundamental en
toda buena novela negra, y más aún en aquella que aspira a
convertirse en una serie, es tener un protagonista que atrape al
lector, del que queramos saber más, que marque las diferencias con
otros libros.
Las
cuatro torres lo tiene: Juan
Torca.
Un nombre que procede de un tío del autor y un apellido que es muy
común en Burgos.
Leandro
Pérez
tenía muy claro lo que buscaba: No
quería un detective. Quería a alguien resuelto y con capacidad para
meterse en asuntos turbios, y este exmilitar curtido en oscuras
misiones, da muy bien el tipo. Así
nos lo presenta el autor:
Durante
lustros, su vida familiar y profesional apenas varió: orden y caos.
Pero ahora, con cincuenta y un años, con mucho tiempo tal vez por
delante, estaba solo, Sin amigos. Sin trabajo. Viudo. En cierto
sentido doblemente viudo, sin Raquel, la mujer con la que había
compartido media vida, y sin Nadia. (Página 18)
Un
personaje que atrapa porque está lleno de claroscuros, que puede
pasar de parecer un tipo desvalido y necesitado de protección, a
alguien frío e implacable. Alguien que arrastra un turbio pasado del
que la novela va dándonos apenas unas pinceladas, como esa misión
en el mar de Aral que le ha roto el alma.
Un
hombre consciente de que hay cosas de su pasado que mejor no contar.
Un hombre de pocas palabras, quizás por deformación profesional,
tantas son las cláusulas de confidencialidad que ha tenido que
firmar a lo largo de su vida.
Así
es como, casi en un telegrama se define:
Tuve
una mujer. Murió. Tengo un hijo, Rodrigo. Vive aquí. (…) Buen
chaval. Mejor que yo. Mucho mejor. De mí poco puedo decirte. He
hecho demasiadas cosas, pero pocas buenas. He combatido en..., cómo
explicártelo,
en guerras sucias. Bueno, todas las guerras, sobre todo las no
declaradas, son sucias, repugnantes, terribles.
(Página 240)
Es
de agradecer al autor que pese a su pasado, Juan Torca no sea un
borrachín. No quiere decir que de vez en cuando no empine el codo.
Pero si hay que dejar de beber para preparar una carrera a la que
quiere presentarse, no tiene problemas en no beber. Lo de no
fumar..., ya es otra cosa.
Y
por supuesto y ante todo, es madridista, un madridista de esos que
añora algunos de los jugadores del pasado:
-Olvidaros
de Real Madrid.
-¿Y
eso? ¿A ti qué te importa?
-A
mi nada, yo solo quiero que vuelva Juanito. O Raúl.
(Página 289)
IMPRESIÓN
PERSONAL
Decía
el autor en su presentación, que le gustaría hacer con este
personaje una serie de siete novelas. Como resumen de mi impresión
del libro, podría decir que ya estoy
esperando que escriba y publique la segunda.
Porque
ha superado con creces las expectativas que tenía puestas en esta
novela y, el personaje de Juan Torca, es de esos que te llegan al
interior. Porque no es blanco ni negro, porque tiene muchos secretos
que poder ir descubriendo poco a poco y, porque pese a todos sus
defectos, es un hombre leal, para el que la familia y los amigos
están por encima incluso de su vida.
Las
cuatro torres se lee de un tirón, es adictiva y su
lenguaje es directo, sin florituras. Un lenguaje muy cinematográfico
que convierte por momentos esta novela en un thriller de acción.
Que
no te guste el fútbol, no es óbice para que no puedas disfrutar con
esta novela, porque aún siendo interesante el ambiente en que se
desarrolla, mucho más lo es el personaje principal, Juan Torca. Por
eso esta serie puede tener vida más allá del Real Madrid.
Una
novela para todo tipo de lectores, pero que disfrutarán muy
especialmente los aficionados a la novela negra. Si son futboleros
más aún. Y para aquellos que ademas son seguidores del Real Madrid,
Las cuatro torres se
convierte en una novela imprescindible.
Una
novela terminada de escribir, como nos dice al
final de la misma,
en el
año de la décima.
Gracias
a Editorial Planeta por
facilitarme un ejemplar de esta novela para su lectura y reseña.
Si
quieres saber más sobre Las cuatro torres, pincha AQUÍ
para leer la entrada con la presentación de la misma.
VALORACIÓN: 8/10
No me llevo tu recomendación. No me gusta nada el futbol y últimamente estoy perezosa con la novela negra.
ResponderEliminarTiene muy buena pinta, aunque Juego de tronos son palabras mayores. Y Tyrion sobreviviría en cualquier situación ;)
ResponderEliminarMe llevo la recomendación, aunque no soy nada futbolera.
Un beso!
Pese al estilo en el que está escrita la novela y su carácter adictivo, no me llama mucho la atención. Saludos.
ResponderEliminarMe faltan unas páginas para terminarlo pero vamos, que por el momento coincido con tu opinión. Es un libro muy entretenido y bien escrito, con peso. Y además habla de mi Real Madrid.
ResponderEliminarBesos!
Me está mirando desde que llegó a casa y creo que va a ser mi próxima lectura, y más después de leerte. Besos.
ResponderEliminarMe lo apunto para más adelante!
ResponderEliminarNo lo conocía, gracias por la reseña =)
Besotes
Me gusta lo que cuentas, me lo apunto en mi lista interminable. Saludos
ResponderEliminarme gusta la novela negra pero el fútbol no es mi deporte preferido así que lo dejo pasar, además soy del Atleti je!!Besotes
ResponderEliminarUltimamente parece que me tira el Atleti, pero es evidente que una novela con el Real Madrid de fondo da para mucho. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarAunque no pinta mal esta novela creo que si no eres aficionada a ese equipo supongo que no es lo mismo, un beso
ResponderEliminarParece un libro bastante entretenido. Lo tendré en cuenta si me cruzo con él.
ResponderEliminarBesotes!!!
Mi marido ya lo ha leído y también le ha gustado. A mi no me llama mucho.
ResponderEliminarBesotes.
Me llevo tu recomendación porque me gusta la novela negra aunque no me gusta nada el fútbol y mucho menos la saturación de fútbol que tenemos todos los días nos guste o no. Sólo me faltaba que el fútbol se convirtiera también en hegemónico en literatura. Creo que entonces sí que me cambiaría de país.
ResponderEliminarBs.
Este libro no me convence.
ResponderEliminarUn beso