LA CARICIA DE TÁNATOS (MARÍA JOSÉ MORENO)

Manual del perfecto maltratador



FICHA TÉCNICA

Título: La caricia de Tánatos

Autor: María José Moreno

Editorial: Versátil, 2015
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 512
PVP: 19,50 €
Ebook: 5,99 €

MARÍA JOSE MORENO

La página web de la autora nos dice lo siguiente acerca de ella:

«Nacida en Córdoba en 1958, donde actualmente resido. Casada y madre de una hija. Hasta el año 2008 mis publicaciones eran artículos y libros en el campo de mi especialidad médica, la psiquiatría. En el verano de 2008 comienza mi actividad literaria de ficción con un relato breve titulado Cosas de Catedráticos, que fue galardonado con el IV accésit en el II Certamen Internacional de Relato Breve de Córdoba. Desde entonces no he dejado de escribir relatos y novelas. En la actualidad compagino la escritura con mi actividad profesional.»

Las novelas que ha publicado hasta ahora son:

-La caricia de Tánatos

-Bajo los tilos

-Vida y milagros de un ex

ARGUMENTO

Mercedes es una profesional de la psicología adicta al trabajo. Su vida se limita a poco más que la consulta desde que hace diez años su novio la dejó por su mejor amiga pocos días antes de casarse.

Su rutinaria existencia va a verse alterada por dos sucesos: Por una parte conoce a Miguel, un psiquiatra que ejerce de médico forense. Por otra comienza a recibir llamadas amenazadoras que la hacen temer por su vida sin que tenga idea de quién y por qué está detrás de ellas.

LA CARICIA DE TÁNATOS

En la mitología griega, Tánatos es la personificación de la muerte no violenta. Su toque era suave, como el de su hermano gemelo Hipnos, el sueño. En la teoría psicoanalítica, Tánatos es la pulsión de muerte, que se opone a Eros, la pulsión de vida.

En esta introducción que encontramos antes de comenzar la novela, se encuentra la clave de la misma. Porque La caricia de Tánatos es una novela sobre el maltrato. No sobre el maltrato físico, aunque también se mencione, sino sobre el maltrato psicológico, esa caricia de Tánatos que conduce a quien la recibe a la muerte no violenta. Muerte porque aunque siga viva, poco a poco su personalidad va muriendo hasta que definitivamente desaparece su yo, pasando a ser un muerto en vida. Va perdiendo la poca autoestima que tiene hasta terminar convencida la persona de que realmente no vale para nada, que es culpable del deterioro de la relación y que merece todo el mal que reciba.

Un maltrato difícilmente denunciable pues no hay pruebas tangible. Incluso es muy probable que ni siquiera existan gritos ni una voz más alta que otra.

Portada de la autoedición

La caricia de Tánatos termina convirtiéndose en un duelo de mentes. Por un lado la de Mercedes la psicóloga protagonista y por otra la de Marcos, uno de los peores malvados que he conocido en la literatura, que utiliza el amor para destruir a los que le rodean.

Malvado, esa es la palabra que mejor define a Marcos, cuya capacidad de manipulación sobre los demás iremos conociendo a medida que avance la novela. Una maldad disfrazada de bondad que se esconde bajo un cuerpo perfecto, unos ojos cautivadores y una sonrisa que conquista a las mujeres.

«Tuve una excelente maestra, mi madre, que me dio las armas y me enseñó a ser frío como una serpiente, sin importarme qué hacer o qué decir con tal de no sufrir más la amargura de sentirme muerto. Y ella misma terminó presa del monstruo que había creado.»

Podríamos definir La caricia de Tánatos como una curiosa mezcla de novela romántica con thriler psicológico. Y digo curiosa porque es demasiado realista para ser una novela romántica y le falta un poco más de acción para poderla considerar un auténtico thriler.

Realismo. Esa es la palabra que mejor define esta novela. Realismo en los diálogos y en las situaciones, por más extremas que estas puedan parecernos.

Muchos autores confiesan que a la hora de dibujar el perfil de un psicópata o un malvado, consultan a profesionales para que les describan cómo son, qué piensan, cómo actúan esos individuos. La diferencia de La caricia de Tánatos con las novelas resultantes de dichas consultas, es que aquí la autora no tiene que consultar con ningún especialista: ella es la propia especialista.

Eso es algo que se nota a lo largo de todo el libro. He tenido en todo momento la sensación de estar asistiendo a sesiones entre médico y paciente reales. Parece claro que muchos datos están extraídos de consultas reales, de hechos reales, por más que como suele ponerse en muchas novelas los hechos son ficticios y cualquier parecido con un suceso real es pura casualidad.

Tal vez esa sea una de las claves, para bien y para mal de esta novela. El lenguaje que se emplea, sin llegar a ser técnico, está repleto de alusiones psicológicas o psiquiátricas. ¿Irreal? Ni mucho menos, porque hay que tener en cuenta que buena parte de las conversaciones son las que tienen lugar en la propia consulta (ya digo que parecen transcripciones reales de algunas sesiones), o entre Mercedes y Miguel (que es psiquiatra) o con su amiga Teresa que es médico, o con la policía, que también tiene cierta formación en la caracterización de personalidades.

Ese es el lenguaje que en la vida real utilizarían dichos personajes. Un lenguaje comprensible para el lector porque se ha suprimido todo tipo de terminología médica o especializada.

El punto de partida de La caricia de Tánatos me ha recordado algo al de El psiquiatra de John Katzenbach, en que un psiquiatra recibía una carta conminándole a suicidarse o iría liquidando a toda su familia. Eso le obligaba a intentar averiguar cuál de sus antiguos pacientes podía odiarle tanto. Algo que también tiene que hacer Mercedes para ver quién puede ser el autor de las amenazas que está recibiendo:

«Me obligaron a repasar, uno a uno, los historiales desde que empecé a trabajar, hacía ya siete años. Los estudié a fondo, devanándome los sesos en localizar a esa persona que no aparecía por más que yo lo deseara. La resolución del caso se hallaba en mis archivos, pero no era capaz de dar con ella.»

Pero ahí terminan las coincidencias, porque La caricia de Tánatos deriva hacia un relato mucho más intimista. En lo que realmente se entretiene María José Moreno es en irnos desnudando el alma de Marcos. Y al hacerlo, nos va presentando el modo de operar de un maltratador psicológico, el esquema que sigue para ir degradando y destruyendo a sus víctimas.

La posible diferencia entre Marcos y otro tipo de maltratadores psicológicos, es que lo suyo no es algo instintivo o si me apuráis defensivo, de aquellos hombres que destruyen a las mujeres en arrebatos violentos seguidos de episodios en los que piden perdón.

Marcos es mucho más malvado, porque todo en él es premeditado. Actúa siguiendo un guión que previamente tiene preparado en su cabeza. Toda acción, ya sea ésta positiva o negativa, toda palabra que sale de su boca han sido previamente previstas.

Así asistiremos paso a paso a la degradación de Marina, la víctima de Marcos que va aislándola de todos aquellos que en un momento dado pudieran servirla de ayuda o soporte. Por eso he titulado esta reseña como Manual del perfecto maltratador.

Los personajes de la novela, Marcos incluído, parecen en todo momento reales. No hay héroes. Nadie es perfecto. Como en la vida real, los personajes están repletos de virtudes y defectos.

Unos defectos de los que gracias a sus conocimientos profesionales son conscientes y tratan de solucionar, porque inevitablemente terminan afectando a sus relaciones personales. Una tarea tan dura como la que tendría lugar si fueran personajes de carne y hueso.

De ahí la complejidad y el realismo de las escenas que iremos viviendo de su mano en la novela.

IMPRESIÓN PERSONAL

Partía en la lectura de esta novela con muchas expectativas puestas en la misma y no quedé defraudado, a pesar de que no era exactamente lo que esperaba, pues no sé por qué pensaba que era un libro con bastante componente de novela negra. No es así.

Se trata más bien de un estudio del alma humana, de la maldad a la que son capaces de llegar algunos seres humanos y los mecanismos que emplean para hacer el mal.

Como en el fondo eso era lo que me interesaba, pues ya conocía la profesión de la autora antes de comenzar a leer La caricia de Tánatos, desde ese punto de vista he quedado muy satisfecho.

Tiene un mérito innegable La caricia de Tánatos: nos muestra el lado oculto del maltrato. Si ya es difícil mostrar el maltrato físico, de ahí anuncios como el de la fotografía que intentan avisar a muchas mujeres y animarlas a denunciarlo, ¿cómo detectar aquel en que ni las propias maltratadas tienen conciencia de serlo? Una exposición que además está hecha de un modo muy claro y muy ameno. Sólo por eso ya merece la pena leer el libro.

Sumadle a lo anterior que es un libro que nos hace reflexionar sobre nuestro propio papel ¿víctimas? ¿verdugos? Es posible que, consciente o inconscientemente, todos tengamos algo de ambos papeles. Porque el amor es una inestable situación en la que encontrar el equilibrio entre lo que cedemos libremente por amor o por imposición es muy difícil. Máxime cuando la necesidad de sentirnos amados ciega muchas veces hasta el mejor de los intelectos.

Una novela diferente que merece la pena leer con una mente muy abierta, dispuesta a reflexionar sobre el papel que jugamos en nuestra relación de pareja.

VALORACIÓN: 8/10

        

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