Presentación en Móstoles de "La sonata del silencio" de Paloma Sánchez-Garnica
Casi en el último momento (tres horas antes del evento), gracias al aviso de Isabel Santos de Editorial Planeta, me enteré de la presentación de La sonata del silencio de Paloma Sánchez-Garnica en el Conservatorio Municipal Rodolfo Halffer de Móstoles. Hubiera tenido gracia que para una vez que tengo una presentación en “casa”, me la hubiera perdido.
Casi en el último momento (tres horas antes del evento), gracias al aviso de Isabel Santos de Editorial Planeta, me enteré de la presentación de La sonata del silencio de Paloma Sánchez-Garnica en el Conservatorio Municipal Rodolfo Halffer de Móstoles. Hubiera tenido gracia que para una vez que tengo una presentación en “casa”, me la hubiera perdido.
La
presentación corrió a cargo de D.
Daniel Ortiz Espejo, Excelentísimo Alcalde de Móstoles,
que expresó el agradecimiento de nuestra ciudad (vivo en Móstoles)
a Paloma Sánchez-Garnica
por haber dado a conocer Móstoles al mundo entero gracias a su
novela anterior Las tres heridas,
cuya acción arrancaba en la emblemática fuente de los peces de
nuestra localidad. Ahora junto a ella hay una placa de agradecimiento
a la autora.
No
sólo dio a conocer nuestra localidad por algo diferente al
levantamiento del 2 de mayo frente al invasor francés, sino que en
La sonata del silencio, la novela que venía a presentarnos, se hace
mención a la localidad en algunos momentos del texto.
La
presentación de la novela a cargo de la autora, comenzó de un modo
muy peculiar, recordando la letra de Un
ramito de violetas, la conocida canción que en el año
1975 popularizó Cecilia:
Era
feliz en su matrimonio
Aunque su marido era el mismo demonio
Tenía el hombre un poco de mal genio
Y ella se quejaba de que nunca fue tierno.
Aunque su marido era el mismo demonio
Tenía el hombre un poco de mal genio
Y ella se quejaba de que nunca fue tierno.
(...)
Y cada tarde al volver su esposo
Cansado del trabajo la mira de reojo
No dice nada porque lo sabe todo
Sabe que es feliz, así de cualquier modo.
Una
canción que reflejaba la situación de la mujer en el matrimonio en
el año ¡1975! Tan solo
han pasado cuarenta años, apenas un suspiro, que hacen aparecer la
letra de esta canción como algo trasnochado, imposible hoy día, con
una mujer que se conforma con cualquier cosa con unas relaciones de
pareja en la que los sentimientos son contenidos, no se manifiestas
(aún menos por parte del hombre)
¿Exagerado?
Pues afortunadamente estaba comenzando a cambiar una legislación,
vigente desde después de la guerra civil, que hizo retroceder los
derechos y la mentalidad de la mujer por lo menos unos cincuenta
años, hasta comienzos del siglo XX.
Así,
hasta el año 1961, si una mujer se casaba podía ser causa
justificada de despido. También hasta el año 1961 no se aprobó una
ley que prohibía la discriminación laboral y salarial por el hecho
de ser mujer (aunque la ley dice una cosa y las empresas siguen
haciendo otras, que apenas hace unos días una sucursal de El Corte
Inglés ha perdido un juicio por discriminar a las mujeres en el
sueldo)
Las
mujeres no podían acceder a determinados puestos como el de juez.
Pero
el tema iba aún más allá: no podía trabajar sin el permiso de su
marido o padre (en función de su edad), no podía abrir una cuenta,
no podía aceptar una herencia... Para todo dependía de su padre o
marido.
De todo esto nos hablaba la autora, así como de la situación del Madrid de 1946 en el que se ambienta la novela. Un Madrid en el que la norma general era la escasez, el racionamiento y el estraperlo.
Un
tiempo en el que la Iglesia marcaba el ritmo de vida de los
españoles: Así en Semana Santa, ni cines, ni música, ni juegos de
niños. No podía haber la más mínima manifestación de alegría,
pues el Señor estaba muerto.
Una
iglesia y un estado que marcaban las directrices para las mujeres,
que debían estar dedicadas a la educación, el cuidado y el servicio
(las únicas profesiones en las que de un modo natural se las
consentía el trabajo). Unas mujeres cuyo fin era el de dar a luz y
criar a los hijos para una nueva España grande y libre.
La
sonata del silencio es la historia de una mujer que
renunció a su sueño de ser una gran concertista de piano tras
casarse, pero que en un momento dado, con tal de sacar a su familia
adelante, retoma parte de los sueños del pasado y comienza a
trabajar, desatando los recelos y las maledicencias de sus vecinos.
Para
Paloma
Sánchez-Garnica, la
esencia de la novela es el ser humano en busca de su felicidad,
de ser amados. Pero es abatido por frustraciones, envidias,
maledicencias.
La
base de la novela es la consecuencia de la amistad de dos hombres,
que condiciona a sus familias. La salvación de uno es la condena del
otro. Lo que uno tiene es lo que el otro desea.
La
historia de una amistad basada en la lealtad en la que al mismo
tiempo, manteniendo esa lealtad, los dos son traidores al mismo
tiempo.
Es
La sonata del silencio una
novela que, escuchando a la autora, daban ganas de comenzar a leer
inmediatamente, salvo en mi caso, en que asistía por primera vez a
la presentación de una novela habiéndola leído previamente.
La
presentación no podía acabar de otra manera que con un pequeño
recital, que para algo
estábamos en el Conservatorio Municipal de Móstoles a cargo de
alumnos del mismo.
Pues
La sonata del silencio es
una novela en la que la música
tiene una gran importancia, llena de momentos musicales que
interpretan sus protagonistas. Música de la que Paloma
Sánchez-Garnica reconoce que no es una entendida, pero que tiene la
virtud de emocionarla. Música que tiene gran efecto tanto sobre los
que la componen como sobre los que la interpretan, justo lo que
ocurre con algunos de los protagonistas de esta novela, que no
podrían vivir sin la música.
En
el recital, tras leer un fragmento de la novela en la que se hacía
referencia a un tema musical, podíamos escucharlo interpretado por
los alumnos.
Los
temas interpretados fueron:
-Nocturno
en mi bemol mayor Opus 9 nº 2 (Andante) de Chopin
-Preludio
de la Suite 1 para violonchelo de Bach
-Claro
de luna de Beethoven
-Meditación
de Thaïs de Massenet
Os
dejo el enlace al primer tema y el fragmento al que hacía
referencia:
Apoyó
las manos en el alféizar y respiró el aire viciado del patio como
si fueran miasmas procedentes de las entrañas del infierno; luego
alzó los ojos al cielo. La luna llena estaba a punto de culminar su
fase y el cielo oscuro reflejaba su blanquecina luminosidad sin
ocultar del todo las estrellas. Por un momento pensó que estaba en
la cima del mundo prisionera de un mal fario que la impedía sonreír,
pero su príncipe azul se acercaba por el horizonte a lomos de la
suave melodía de violín y la salvaba de aquella inmunda prisión.
De
pronto, como si de un milagro se tratara, la música de Chopin con su
Nocturno en mi bemol mayor Opus 9 nº 2 Andante,
ascendió como una bendición para acompañar su soledad.
Qué ganas de leerla!
ResponderEliminarLa tengo apuntada por tu reseña, así como Las tres heridas, lo que no se por cual me decantaré primero, besotes
ResponderEliminarLa tengo ya en la estantería, necesito hacerle un hueco ya! Están saliendo muchos libros que parecen muy buenos y no me da tiempo a todos jeje.
ResponderEliminarUn beso
A mí me está gustando mucho!
ResponderEliminarGracias por compartir con nosotros tan bonita presentación!
ResponderEliminarBesos
Si que hubiese estado bien que estando tan cerca no te hubieses enterado. Tuvo que ser un encuentro magnifico. Ayer tuvimos la suerte de estar charlando con la autora en la Feria del libro y me dejó con unas ganas tremendas de empezar con esta Sonata del silencio. Besos.
ResponderEliminarVaya ganas tengo de hacerme con este libro, tienen muy buena pinta y estoy viendolo por los blogs....saludos
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