El hombre propone, Dios dispone y la rodilla de mi hija lo descompone. Así, lo que iban a ser una tarde de viernes y una mañana de domingo de visita a la Feria del Libro 2014 de Madrid, se quedó reducido a una tarde y a medio gas. Pero eso es siempre más que nada y además lo poco que pudimos hacer fue de lo más productivo, que afortunadamente llevaba mochila, porque vino cargada de libros.
Comenzamos
con una parada doble, porque juntos en la misma caseta estaban
Alejandro Palomas y Rafael
Chirbes.
No
he leído nada de Alejandro Palomas.
Mi hija Teresa se ha leído El alma
del mundo, aunque no era el libro que quería leer sino El
tiempo que nos une, que me encargó recoger en la
biblioteca pero me equivoqué y le llevé el otro. El libro que
compró era el de Una madre,
un libro del que hemos leído muy buenos comentarios y que según el
autor es muy entretenido.
Pero,
si hay que fiarse de las impresiones que te da el hablar cara a cara
con un autor, de la obra de la que está enamorado es de El
tiempo que nos une, una novela que nos confesó que
lamentablemente está descatalogada (aunque yo la he visto en Ebook
en Casa del libro), aunque no es difícil encontrar en las
bibliotecas. Tomé buena nota para después de Una madre, hacerme con
ésta.
De Rafael Chirbes Teresa compró En la orilla, lo último que ha publicado. Pero entre que no habíamos leído nada de él, ni el autor estaba muy expresivo, fue un visto y no visto.
De Rafael Chirbes Teresa compró En la orilla, lo último que ha publicado. Pero entre que no habíamos leído nada de él, ni el autor estaba muy expresivo, fue un visto y no visto.
De
esta caseta nos fuimos a la de Hipercor,
donde entre otros firmaba César Pérez
Gellida. Para los que no lo conocéis, César es un caso
aparte, todo un “figura” porque para empezar, en lugar de
protegerse detrás del mostrador de la caseta, como he visto que
hacen absolutamente todos los demás autores que firman en la Feria,
él estaba fuera, donde el contacto con el público es total, sin
necesidad de escorzos raros sobre el mostrador para hacerse una foto
con quien se lo pida (¿habéis visto como todas las fotos que se
publican los lectores están con la cabeza girada hacia un lado para
aparecer en la foto?)
A
César solo queríamos saludarlo, porque tenemos todos sus libros
firmados. Aunque lo de saludarlo fue casi media hora de cola y diez
minutos de charleta con él. Había en la cola detrás de nosotros
una pareja joven en que ella estaba muy nerviosa porque no sabía qué
decirle. «Tranquila
-le
decía yo-
que César se enrolla solo.»
Hablamos
un poco de su nueva novela, de la que nos dijo que estaba ya por el
segundo borrador previo para que todo cuadre en su sitio (la
estructura es más compleja que la de una novela negra), de lo
contento que estaba y de la nueva novela de Lorenzo
Silva, amigo suyo y autor del prólogo de Consummatum
est.
Mientras esperábamos, Teresa se arrimó a Vanessa Montfort, la autora de La leyenda de la isla sin voz, un libro que tiene muy buena pinta y una autora muy simpática con la que Teresa habló un rato mientras yo seguía haciendo cola donde César.
Tenía
ganas de que Almudena Grandes me firmase mi ejemplar de Las tres
bodas de Manolita. Pero renuncié, porque la cola era de tal calibre,
que no merecía la pena estar allí más de una hora de pie (y menos
con la rodilla de Teresa)
Por
eso nos dirigimos a nuestra última parada: la caseta de Ediciones
B, donde por fin conocería a María
José Moreno, la autora de Bajo
los tilos, desplazada desde Córdoba para estar un ratito
con sus lectores. Simpática, muy simpática. Una autora de la que
tengo pendiente de leer La caricia de
Tanatos, una novela que espero no pase de este verano.
Y
cuando nos íbamos de allí, apareció
Mayte Esteban, a la que si no pasa nada (no me atrevo a
decirlo muy alto) iremos a ver el próximo viernes 13. Aproveché
para darle la enhorabuena a Mayte Esteban por el premio que acaba de
ganar su última novela Detrás del cristal (Mejor Novela Sentimental 2013, concedido por la web Rincón de la Novela Romántica). Y con ella hablamos de libros, ¿de qué si no?
Corto pero bien aprovechado con autores muy interesantes
ResponderEliminarSí señor, cortito pero intenso. Qué envidia dais.
ResponderEliminarBesos
Corto pero intenso. Por una tarde así daría lo que fuera. A ver si el año que viene puede ser y vendo "la moto" mejor en casa :)
ResponderEliminarBs.
Que envidia!!! Poco tiempo pero pudisteis ir, me quede con todas las ganas.... Un beso
ResponderEliminarUna tarde bien aprovechada, besotes y que se mejore Teresa!!
ResponderEliminarEstupendo paseo. Siempre es un placer saludar y encontrarte con los autores que leemos durante todo el año. Me alegro que disfrutárais tanto del día.
ResponderEliminar¡Un beso!
Fue genial ese día en la Feria y toda una sorpresa encontraros en la caseta. Ah, y llevas razón, César se enrolla solito. ¡Es encantador!
ResponderEliminar"Que no pase nada, que no pase nada, que no pase nada" Eso lo estaba pensando.
¡Besos!
Yo conozco a Mª José Moreno, qué simpática y dulce me pareció. Y bueno, yo creo que esa feria la tienen todo el año y tiene éxito. Besos!
ResponderEliminarQue suerte¡¡¡ Que bien os lo pasáis ¡¡¡
ResponderEliminarCorto, pero intenso!!!
ResponderEliminarTengo pendiente leer En la orilla, he leído cosas muy buenas osbre la novela.
Si vais hoy, pasarlo bien.
Un beso
PD dile a Teresa que vaya a ver un fisio! ;)
Vamos, que os ha cundido la visita. La feria del Libro siempre es algo muy especial :)
ResponderEliminarPara ser poco tiempo ha estado bien aprovechada. Yo tengo que volver este último fin de semana, que me quedé hambrienta de libros...
ResponderEliminar¡Qué bien haberlo podido disfrutar tanto!
ResponderEliminarQue bien os lo pasais, que envidia!!
ResponderEliminar¡Que lujo estar con César! Lo pasasteis bien¿eh?
ResponderEliminarFue una buena tarde, corta pero intensa.
ResponderEliminarLástima que no pudiésemos ir ningún día más.
Un beso.