Capítulo
XI. De lo que le sucedió a don Quijote con unos cabreros
Dejamos
en el capítulo anterior a don Quijote y a Sancho deambulando por los
caminos y acogiéndose a una choza en la que hay unos cabreros para
pasar la noche.
En
este capítulo disfrutarán Sancho y Quijote de la hospitalidad de
dichos cabreros. Sancho desde luego no se lo piensa mucho
Se fue tras el olor que despedían de sí ciertos tasajos de cabra que hirviendo al fuego en un caldero estaban; y, aunque él quisiera en aquel mesmo punto ver si estaban en sazón de trasladarlos del caldero al estómago, lo dejó de hacer, porque los cabreros lo quitaron del fuego,y, tendiendo por el suelo unas pieles de ovejas, aderezaron con mucha priesa su rústica mesa y convidaron a los dos.
Tras
bien comer y trasegar vino, don Quijote les expone las grandes
virtudes del mundo de caballería, en un mundo que ha cambiado, que
ya no tiene las virtudes de antes, de ahí la necesidad de que
alguien como los caballeros las defiendan.
Mucho
no entienden los cabreros, que siguen no obstante con su hospitalidad
y cantan una bella canción para sus huéspedes.
He de reconocer que este es uno de esos capítulos del libro que no
recordaba para nada, así que no está mal recordar esos discursos de
Sancho y Quijote, que más que mercedes, lo que busca es la
comodidad.
Este es uno de los capítulos que mejor recuerdo, pero porque lo analizamos en profundidad en mis tiempos de facultad....
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo tampoco recordaba este capítulo
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