DESAPARECIÓ UNA NOCHE (DENNIS LEHANE)

Mimando su vida, cuidando su infancia...


DATOS TÉCNICOS

Puedes encontrar dos ediciones del libro. La primera está descatalogada y es a la que hacen referencia las páginas que menciono en el texto. La segunda es de bolsillo.

Autor: Dennis Lehanne

Título: Desapareció una noche

Editorial: RBA

Encuadernación: Tapa dura

Páginas: 360

Editorial: RBA 2007
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 560
PVP: 8,50 €

Tras un breve capítulo inicial, al que en principio no le ves sentido y que solo se entiende en el epílogo, la acción vuelve un año atrás, y tras tres o cuatro páginas la sensación de que aquella historia me sonaba demasiado era total, por lo que me fui al inicio para buscar el título original que es "Gone, baby, gone",
Tal vez dicho título no os diga nada, pero a mi me explicó el por qué aquella historia me sonaba tanto. ¿Cómo no iba a sonarme si había visto la película basada en el libro?
Sigo aclarando, porque salvo en Argentina, donde dicha película se llamó al igual que el libro Desapareció una noche, en España se tituló Adiós pequeña, adiós. Una película a la que en su día califiqué con cuatro estrellas y que hoy, una vez leído el libro, he de reconocer que recoge muy bien el espíritu del mismo.

¿Cuál es el espíritu del libro? sin duda el sentido de la palabra familia, el lugar y el papel que los niños juegan dentro de ella.

«Hay muchas cosas por las que vale la pena morir. (...) El hecho de morir no es lo que nos indica el valor de una persona.
¿Qué es pues?
Matar.
¿Por qué estaría dispuesta a matar, Rachel?.
Por mi familia. Y sólo por mi familia. Sin pensarlo dos veces. Sin mirar atrás. Sin compasión.» (Página 397-398)

DENNIS LEHANE Y SU OBRA

A este autor llegué gracias a un compañero internauta cuando me descubrió Shutter Island, que leí antes de su estreno cinematográfico.

Una de las características de las novelas de Dennis Lehane es que son muy cinematográficas. A la espera de que su última novela (Cualquier otro día) sea llevada este año 2.010 a la gran pantalla, tres son las novelas adaptadas pava el cine, todas ellas con una característica común: Han sido buenas o muy buenas películas:

- Mystic river: Dirigida por Clint Eastwood y con un reparto de lujo (Sean Penn, Tim Robbins. Kevin Bacon)

- Desapareció una noche con un Ben Affleck que resulta mucho mejor director que actor.

- Shutter Island una de las mejores películas del año, dirigida por Martin Scorcese y con la actuación estelar de Leonardo Di Caprio.

Otra característica común es que la acción de sus novelas transcurre en Boston, bien mostrándonos cómo era la ciudad a finales de la Primera Guerra Mundial (Cualquier otro día), en la isla situada frente a él (Shutter Island) o en el Boston menos glamouroso de sus barrios bajos como son las novelas de la pareja de detectives: Patrick Kenzie y Angela Genaro.

Patrick y Angie son los protagonistas de las primeras novelas de Dennis Lehane:

1994 - Un trago antes de la guerra (A Drink Before the War). RBA Serie Negra, España.
1996 - Darkness, Take My Hand (aún no publicada en español)
1997 - Sacred
1998 - Desapareció una noche (Gone, Baby, Gone). RBA Serie Negra, España.
1999 - Plegarias en la noche (Prayers for Rain). RBA Serie Negra, España.

El resto de sus novelas son:

2001 - Mystic River (Mystic River o Río místico). RBA Serie Negra, España.
2003 - Shutter Island (Shutter Island). RBA Serie Negra, España.
2008 – Cualquier otro día (The Given Day). RBA Serie Negra, España

Otra característica de la obra de Dennis Lehane es que se trata de novela negra, negra muy negra como una noche sin luna en el caso de Desapareció una noche y toda la serie de la pareja de detectives, o siendo solo un componente más dentro de una novela mucho más compleja en su última obra (Cualquier otro día).

ARGUMENTO

«Una niña desaparecida, una madre que aparentemente no se esfuerza mucho en buscarla, una tía un poco agresiva...» (Página 31)

Mientras su madre ve la televisión en casa de una vecina, Amanda McCready, una niña de cuatro años desaparece de su habitación sin que aparentemente nadie vea nada ni sepa nada. Ante la atonía de la madre y la incapacidad de la policía para encontrar una pista fiable, la tía de la niña contrata a Patrick Kenzie y Angela Gennaro, una pareja de detectives que se ha ganado una gran reputación en el barrio.
Las cosas no resultan ser tal cual la madre las contaba, pues no estaba viendo la televisión con su amiga, sino en un bar tomando una copa. Tampoco está alejada de las drogas como asegura.
Pero la negligente conducta de la madre no responde a la pregunta ¿quién y por qué se ha llevado a la niña?

PATRICK KENZIE Y ANGELA GENARO

Como toda buena novela negra que se precie, tiene que haber un buen detective o investigador presente. en este caso se trata de Patick y Angela, que como comentaba al principio protagonizan las primeras novelas de Dennis Lehane. Se trata de una pareja de detectives que también son pareja en la vida real, aunque no se hayan casado.
No solo viven, sino que también son del barrio, por lo que conocen al dedillo todas sus miserias y a todos sus personajes, muchos de los cuales fueron compañeros de juego, si bien la vida ha llevado a algunos al lado oscuro de la ley mientras que otros intentan vivir junto a ella.

Nueva poertada

Patrick Kenzie ha tenido suerte de conseguir salir adelante en este barrio sin caer en la tentación de formar parte de esas pandillas que trafican con la droga y matan o mueren por ella. Quizás como consecuencia de todo ello, su concepto del bien y del mal está muy arraigado, no puede alejarlo de sí a la hora de tomar decisiones como las que en este caso tendrá que tomar.

La mejor definición de cómo es, la da él mismo: «Soy detective privado porque... no lo sé, quizá porque soy adicto al suspense. O quizá porque me gusta ir más allá de lo aparente. Pero eso no hace que se un buen tipo. Sencillamente me convierte en un hombre que odia a la gente que esconde cosas y aparenta lo que no es.» (Página 297)

Angela Genaro es su contrapunto, aparentemente mucho más cerebral que él. Es la que aporta el grado de sensatez en las decisiones que tienen que tomar en común en toda investigación. Cuatro ojos, a fin de cuentas, ven mucho más que dos. Pero hay cosas en el pasado, que impiden que sus decisiones sean todo lo cerebrales que ella quisiera.

IMPRESIÓN PERSONAL

Periódicamente salta a los titulares de la prensa o a los noticiarios televisivos el caso de la desaparición de un niño. Por desgracia sabemos la que vendrá a continuación: imágenes de una familia destrozada y suplicando por el retorno de su criatura, vecinos que se movilizan, fotos pegadas en árboles y farolas (aparte de para tener la sensación de que se hace algo, ¿alguna vez ha servido para algo?, el tiempo que pasa sin noticias y al final, en el mejor de los casos, la aparición del cadáver.

Una situación que no por común, no deja de estremecernos, porque salvo en el caso de los niños perdidos, o en el de secuestro por progenitores separados, en el caso de niños pequeños, el final nunca es bueno, ni siquiera cuando aparecen con vida. Una situación perfectamente descrita en las primeras páginas del libro:
«La desaparición de un niño se parece mucho a un caso de asesinato: si no se soluciona en un periodo de setenta y dos horas, es muy poco probable que se solucione nunca. Lo cual no implica necesariamente que el niño esté muerto, aunque la probabilidad es muy alta. Pero si el niño sigue con vida, no cabe duda de que se encuentra en un estado peor del que estaba cuando desapareció. Porque las razones que llevan a un adulto a establecer relaciones con niños ajenos están bastante claras: o lo ayudan o lo explotan. Aunque hay diversas formas de explotación -secuestrar niños por dinero, usarlos como mano de obra, abusar de ellos sexualmente por gusto o para obtener beneficios, asesinarlos- ninguna es consecuencia de la benevolencia. Y si el niño no muere y algún día aparece, las heridas son tan profundas como insuperables.» (Página 28)

Tan real es la situación descrita en el libro, que cuando iba a estrenarse la película basada en él (Adiós pequeña, adiós), que sigue con bastante fidelidad el original, tuvo serios problemas para su proyección, por ser demasiado parecido al caso de Madelaine, la niña inglesa desaparecida de su habitación durante las vacaciones que pasaba con sus padres en el sur de Portugal.
La realidad, que parece querer copiar a la ficción, pues no puede tacharse de oportunista a un libro bastante anterior, ni a una película rodada antes del secuestro de la pequeña Madelaine. (Madelaine sigue sin aparecer).

Novela negra que desciende hasta el más profundo de los infiernos del alma humana, la de aquellos que disfrutan torturando a niños pequeños. Un infierno que termina pasando factura a los que luchan contra él, porque es imposible crear una coraza lo suficientemente dura como para proteger el corazón de un hombre de la contemplación de tanto horror.
Y no se trata sólo del horror, sino de la constatación de que el mal siempre o casi siempre gana, que cada nuevo caso de un niño desaparecido terminará con un nuevo fracaso.

El autor por boca de uno de sus personajes hace la siguiente afirmación: «Esto es América, donde todos los adultos tienen el derecho total e inalienable de devorar a sus crías.» (Página 351)
Y frente a esta situación de maltrato infantil, porque maltrato no tan sólo pegar a un niño, sino tenerlo abandonado o insuficientemente atendido, plantea un conflicto ético al que los protagonistas deben dar una respuesta: ¿Es una madre lo mejor para su hija?.
¿Merece una madre tener una hija a su lado, si no está en condiciones de darle lo mejor? Afortunadamente son otros los que tienen que ser jueces y tomar las decisiones.

Merece la pena seguir a Dennis Lehane en ese descenso al alma humana, tanto más duro cuanto más sabemos que lo que en el libro es ficción, es realidad en este mundo que vivimos.
Narrado con un ritmo muy ágil, en el que combina intriga, planteamientos morales, como acción vertiginosa.

Perdiendo la vida, mimando su infancia, velando su sueño, llorando su llanto con tanta abundancia, cantaba Serrat en Señora. Pero hay gente, que ni siquiera desde una postura egoísta, es capaz de querer a un niño.

Finalizo con una cita del libro, que más que una cita es un deseo: «Las palabras "de cuatro años" y "desaparecida", no deberían estar en la misma frase.» (Página 29)

VALORACIÓN: 9/10

LA PELÍCULA

Hay ocasiones en las que está claro que algunos han equivocado la profesión y esta película es un claro ejemplo de ello. Porque la carrera cinematográfica de Ben Afleck como actor ha ido de menos a menos aún.
Ya están olvidados sus orígenes junto a Mat Damon en la oscarizada "El indomable Will Hunting"
Pero aquí en su debut como director me sorprende con una película, no voy a decir maravillosa, pero si muy por encima de la media.
Lo hace con un tema actual y que por su coincidencia con el secuestro de la pequeña Melanie, retrasó su estreno comercial.

Pensé que quizás se asemejaba mucho con el caso o que estaba tratado de un modo muy sensacionalista. No hay nada de eso. El único parecido (que mira que ya es coincidencia) es que desaparece presuntamente secuestrada una niña pequeña, que ni aparece ni nadie pide rescate por ella.
Pasados unos días en los que la policía no consigue ningún resultado, la tía de la niña se dirige a una pareja de jóvenes detectives (hombre y mujer). Él es un joven del barrio, un barrio pobre y lleno de delincuencia y drogas. Pero aunque malo y pobre, es su barrio y por el se mueve como pez en el agua, conoce a todos, policías, traficantes, matones y drogadictos en este submundo marginal.

Aparentemente podríamos pensar que este es otro thriller policiaco o de investigación más. Pero no es así, porque al margen de la propia intriga y suspense de la investigación, la película nos presenta un dilema moral nada sencillo al que se ve enfrentado el joven detective.

¿Qué es preferible: Que una hija esté con su madre aunque sea drogadicta, o separarla de su madre e integrarla en un hogar que tenga de todo pero sin la presencia de su madre? ¿Es lo mejor para la niña lo más ético?

Aunque nadie confía en él. "Si la esperanza de esa niña eres tu, más vale que rece porque adiós pequeña, adiós”. De ahí proviene el nombre de la película.

Una película pues que es más que un thriller y que cuenta además con brillantes interpretaciones como la de Casey Affleck en el papel del joven detective, Ed Harris como el policía encargado de la investigación y Morgan Freeman como el jefe de policía.

Una versión cinematográfica que no desmerece para nada la novela en la que está basada.



Os dejo el trailer de la película

                 Domingos de cine (21)

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