Menuda abuelita, la historia de una desilusión
DATOS TÉCNICOS
Titulo: Dime quién soy
Autor: Julia Navarro
Editorial: Plaza & Janes editores
Encuadernación: Tapa dura.
Páginas: 1.092
PVP: 23,90 €
Editorial: Punto de Lectura, 2020
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Páginas: 1104
PVP: 12,95 €
JULIA NAVARRO
Mucha expectación despertó el lanzamiento de Dime quién soy, autora consagrada en las listas de ventas, a pesar de tener publicados solo tres libros con anterioridad:
-La hermandad de la sábana santa, con el santo sudario como protagonista.
-La Biblia de Barro, donde la aparición de unos escritos en barro de la época de Abraham, pueden cambiar los conocimientos bíblicos.
-La sangre de los inocentes, que desde los cátaros pasando por los nazis llega hasta nuestros días.
He leído los tres, con resultado muy distinto, pues La hermandad de los Sábana Santa me resultó entretenido, interesante para tratarse de la primera obra de su autora. El segundo, La Biblia de barro, fue una decepción total, con personajes imposibles y una trama inverosímil. A pesar de eso, me atreví con el tercero, La sangre de los inocentes, porque pese a sus errores, me gustaba el estilo narrativo de Julia Navarro, con buenos pasajes en todos sus libros.
¿Qué me depararía su cuarto libro? La pregunta no es banal, porque me imagino la cara de sorpresa del editor cuando Julia Navarro le dijera que tenía una novela de 1.092 páginas listas para la empresa.
Son muchas páginas y casi 24 euros para que luego resulte un churro. Además, no he encontrado ninguna opinión orientativa para saber a que atenerme. De todos modos, como el origen de este libro es la biblioteca, el riesgo es menor, porque si no me enganchaba o gustaba, con devolverlo, asunto solucionado.
LOS PERSONAJES
Dime quién soy es sin duda una novela de personajes, hasta el punto de que loa capítulos toman el nombre de ellos, de los hombres que han formado una parte importante de la vida de Amelia, Santiago, Pierre, Albert, Max y por último Friederich.
- Amelia Garayoa: La protagonista indiscutible del libro. He aquí la definición que de ella hace uno de los personajes de libro:
«Me parece que era una joven bastante atolondrada con ansias de convertirse en una heroína.» (Página 142)
Una definición que expresa muy claramente lo que a esas alturas del libro pensaba yo de ella. Porque el único hándicap que he tenido en la lectura de este libro, es que en ningún momento he terminado de empatizar con Amelia, que pasa de la inconsciencia juvenil que la lleva a un matrimonio fallido al desengaño total que la convierte con poco más de veinte años, en una mujer vieja de espíritu.
Amelia se pasa toda su vida entregada a salvar a los demás, comenzando con ese matrimonio al que va pseudoenamorada en el cumplimiento de una misión: salvar a su padre de la ruina económica. Salvación que extiende luego al mundo entero abrazando el comunismo, o desengañada del mismo a salvar a España de la dictadura de Franco, colaborando para ello con las tropas aliadas en su lucha contra el nazismo. Y por el camino salvando a todo el que se cruce por su camino, ya sea judío, o alguien perseguido por el régimen comunista en la Alemania dividida tras la guerra.
Pero por el camino se olvida de salvarse a sí misma, incapacitada para amarse, de entregar su alma en lugar de sólo su cuerpo.
Termina de espía para salvar al mundo, igual que podría haber acabado de monja en África salvando niños negros del hambre y las moscas.
- Santiago Carranza: El marido de Amelia, cuyo amor se convierte en un odio sin espacio para el perdón.
- Pierre Comte: El hombre que pone patas arriba la vida de Amelia. Aunque hoy nos parezca increíble, hubo un tiempo en que el comunismo y la revolución del proletariado eran una religión, con mártires dispuestos a dar la vida por la causa.
«Pierre era un agente soviético, un hombre que vivía por y para la revolución, y su ceguera era tal que los seres humanos que se iba encontrando en el camino, eran solo peones a los que utilizar y sacrificar en pos de una idea superior. Y Amelia no era una excepción.» (Página 184)
- Albert Jamps: Periodista norteamericano que será el soporte durante mucho tiempo de Amelia.
- Max von Schumann: Noble y militar alemán, cuyo honor le obliga a defender Alemania, por más que no esté de acuerdo con la política de Hitler. No todos los militares alemanes eran nazis, aunque lucharan en la guerra.
- Guillermo Albi: Es el periodista encargado de investigar la vida de Amelia. La autora reconoce (entrevista en Qué leer), que en él se reflejan sus opiniones sobre el periodismo actual:
«Tengo un defecto gravísimo para el ejercicio de mi profesión. Creo que el periodismo es un servicio público donde debe primar la verdad y no los intereses de los políticos, de los empresarios, de los banqueros, de los sindicatos o del que me paga.» (Página 781)
Considera que los medios de comunicación son todos partidistas, que si no eres de izquierdas o de derechas, no tienes nada que hacer, que los periodistas de perfil e ideas independientes no tienen cabida en el periodismo actual.
ARGUMENTO
«-Ha llegado la hora de saber.
-¿De saber qué?.
-De saber quiénes somos.» (Página 18)
Guillermo Albi, periodista en paro que malvive de las críticas literarias que realiza para una revista digital y del dinero que le pasa su madre para pagar la hipoteca del piso, recibe un encargo: Averiguar cómo fue la vida de Amelia Garayoa, que a pesar de ser su bisabuela, su vida parece ser un secreto del que nadie sabe nada.
Poco a poco va avanzando en la investigación de la mano de personas que tuvieron contacto con ella, o a las que sus investigaciones las ha. Llevado a conocer hechos de la vida de Amelia.
Una Amelia políglota que huye de España tras abrazar el comunismo, por lo que los avatares de la Guerra Civil los vive fuera del país, aunque las consecuencias de la misma terminen afectando irremediablemente a su familia.
Y tras la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial, donde Amelia, ya perdida su inocencia, pasa a convertirse en una espía, actividad que muy a su pesar ya no podrá abandonar.
Y si algo conlleva ser espía es mucha acción, algo que no falta en ningún momento en esta novela, que nos hará recorrer tras los pasos de Amelia medio mundo, pues está ambientada en Madrid, Barcelona, Roma, Buenos Aires, Moscú, París, México, El Cairo, Londres o Berlín.
CONSIDERACIONES SOBRE EL LIBRO
No puede ser casual que la vida de Amelia Garayoa comience eh el año 1.917, el año de la revolución rusa, y que sus aventuras terminen con la caída del muro de Berlín. De hecho el libro es casi una historia del comunismo, o visto de otra manera, la historia de una desilusión, que es como he estado cotitulado este comentario.
Quizá el grave problema de nuestros días es que vivimos en un mundo globalizado pero sin ideología. El comunismo fue probablemente la última ideología, porque el capitalismo no lo es, es simplemente un modo de enriquecimiento de unos pocos que son además los que mandan y dominan. Esa falta de ideologías es lo que nos hace más vulnerables frente al islamismo, que en su vertiente más radical ha convertido su expansión y la destrucción de los infieles en una ideología.
Veremos en las páginas de este libro el alza del comunismo, su expansión y su búsqueda de confrontación en la sociedad, la llamada "lucha de clases", en que una oprimida y explotada clase obrera buscaba la supresión de la clase dominante. Una lucha de clases que hoy casi un existe, porque en el mundo occidental pese a la existencia de una brecha cada vez mayor entre los ricos, cada vez más ricos, y los pobres, cada vez más y más pobres, la gran mayoría, por más cargada de deudas que esté y menos tenga para sobrevivir, se considera "clase media".
Un comunismo que desde Rusia fue extendiéndose al resto del mundo, sin importarle los medios ni los daños que causaba, todo sea por la causa, con las purgas y asesinatos de Stalin, silenciados como propaganda capitalista. Que si tenía que pactar con el diablo (léase Hitler) lo hacía, aunque no lo entendiesen los comunistas que día a día luchaban y eran perseguidos por él.
Un comunismo que fracasó en su ideal de dar libertad al pueblo (lo cual fue finalmente su tumba), ni en conseguir mayor igualdad. Bueno, iguales sí, porque salvo cuatro altos mandos que eran los que se hacían con el poder y las riquezas, todos eran igual de pobres.
Es inevitable también una visión de la Guerra Civil española, que al igual que ocurre en el antes citado El tiempo entre costuras, es vista desde fuera de España, aunque sus prolegómenos sean vividos en España desde el punto de vista de una familia republicana de derechas, que no dejan de ser pequeños empresarios.
Y aquí me veo en la necesidad de incluir una cita del libro para aquellos que al leer lo de Guerra Civil, hayan reculado:«Nunca me he interesado por conocer los entresijos de la guerra. En estos años se han publicado tantos libros... Aquello fue una salvajada, y yo, la verdad es que paso de salvajadas.
¿Desconocer la historia le hace sentirse mejor? ¿Cree que por no conocerla no ha existido?»
Y tras la Guerra Civil, un periodo muy duro para España: La postguerra, vista aquí desde el bando de los que la perdieron, que por muy burgueses y de derechas que fueran, sus convicciones republicanas eran imperdonables.
Con todo, lo que siempre me ha llamado más la atención es ese instinto de supervivencia, que hace que pasen a segundo plano o simplemente desaparezcan conceptos como el de la libertad.
La conversación que a continuación reproduzco, me ha llamado la atención por su realismo. Yo he escuchado, bien es verdad que por mi edad en la fase final del franquismo, cosas semejantes. Se ve que ese pensamiento estaba grabado con un hierro candente en el corazón de muchos españoles.«-¿Y la libertad? ¿Dónde te dejas la libertad tía?.
-¿Qué libertad? Mira, Amelia, aquí si no hablas de política no te pasa nada, de manera que lo más inteligente es no decir ni pío.» (Página 740)
Tampoco puede ser casual que la familia de Amelia sea vasca y catalana, pero que viva afincada en Madrid, porque eso añade una visión más periférica a la realidad que es España.
IMPRESIÓN PERSONAL
Como comprenderéis, si he llegado hasta el final de las casi 1.100 páginas sin tener obligación de leerlo y sin que el libro me haya costado un duro (parece que si te has gastado más de veinte euros en él, es un pecado no terminarlo), es porque el libro ha sido capaz de atraparme entre sus páginas, de manera que al final casi te quedas, aunque pueda parecerte mentira tras tanta página, con ganas de más.
Pero una cosa es que no puedas parar de leer el libro, y otra distinta es que no tenga peros que rebajen la nota.
El principal de todos ellos para mí, es que en ningún momento conseguí empatizar con Amelia. Una mujer superatractiva ¿? Pese a su extremada delgadez, con una gran capacidad de ganarse en breves instantes el cariño de los que entran en contacto con ella, algo que le viene muy bien a la autora para conseguir que Amelia progrese en su carrera de espía. (Conmigo no lo consiguió).
No termino de entender esa incapacidad de amar de Amelia, porque un desengaño por muy doloroso y temprano que sea, no justifica esa actitud frente al amor, máxime cuando va encontrándose por el camino con hombres que la aman y la protegen. Hombres a los que entrega con facilidad su cuerpo pero no su alma. No llega a amarlos.
El recurso empleado como hilo narrativo, es excesivamente forzado en muchos momentos. Queda justificado el por qué el periodista ha de ir paso a paso sin saltos temporales en su investigación. Pero es excesiva la facilidad con la que en todo momento encuentra el experto adecuado para continuar con su labor.
Además las narraciones de los expertos, por más interesantes que resulten, por más que no puedas despegarte de la lectura del libro, quedan demasiado "noveladas", no es posible que el experto describa los hechos con conversaciones incluidas, cuando salvo algunas excepciones no estaba presente en los acontecimientos narrados.
Con todo, mi recomendación es que si tienes tiempo, lee este libro, porque es una historia muy entretenida, aunque los defectos señalados rebajen considerablemente mi nota.
VALORACIÓN: 7/10
Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles.
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