Hagan juego, señores
Autor: Leticia Ruíz Sánchez
Título: El gran juego
Editorial: Algaida (2011)
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 412
PVP: 20.00 €
Editorial Algaida, 2016
Encuadernación; Tapa blanda, bolsillo
Páginas: 320
PVP: 8,00 €
Apenas se publican a lo largo del año un puñado de libros que podamos llamar diferentes. Pocos son esos libros que nos cuenten una historia distinta. Pocos son aquellos que consiguen conmover al lector sin recurrir al recurso de la lagrimita fácil. Pocos también aquellos que lamentas que se terminen porque no quieres dejar de leerlo. Difícil encontrar también libros que te transporten a un mundo de fantasía, la fantasía de los juegos infantiles. Menos aún aquellos que te obligan a marcar el nombre de un joven autor para seguir su trayectoria.
Todo eso y más es lo que podréis encontrar en El gran juego de Leticia Sánchez Ruiz, ganadora con esta novela del XVI Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla. Podéis ser como yo un tanto escépticos con el tema de los premios, que muchas veces tienen más de jugada comercial que de valor literario. Desconozco si la concesión de este premio ha sido justa o no, pues no he leído el resto de las novelas que a él se presentaron, pero si puedo decir que no es fácil encontrar novelas del nivel de la que hoy vengo a presentaros.
Vuelvo con El gran juego a un tema recurrente, el de por qué una novela nos atrapa desde las estanterías. Y como es habitual, la cubierta tiene buena parte de la culpa, con un diseño muy atractivo, con una niña descalza y cabizbaja pero con una cara tranquila en la que podemos adivinar una sonrisa de felicidad, sosteniendo una brújula antigua en la mano izquierda en una habitación con el suelo de madera en el que podemos encontrar todo tipo de relojes, relojes que también están colgados en las paredes. Relojes y paraguas por todas partes, en una más que sugerente decoración.
Bajo el nombre de la autora Leticia Sánchez Ruiz, que nada me dice pues nunca había leído nada de ella, el título de la obra El gran juego. Un nombre como mínimo sugerente, pues todo juego puede serlo.
Y en la pare de abajo podemos ver el último reclamo: XVI Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla.
El siguiente paso leer la contraportada para hacernos una idea de qué trata el libro. Una contraportada que nos cuenta pero sin desvelar nada. Así sabremos que es una historia con una niña como protagonista, al recibir como herencia de un centenario el “Gran Juego”. Pero si queremos averiguar en qué consiste ese “Gran Juego” que todos ansían, que tantas pistas va a obligar a resolver a sus protagonistas, no nos va a quedar más remedio que leer el libro.
Sin olvidarnos de un comentario que encontramos al final de la contraportada:
«Leticia Sánchez destila en El Gran Juego, su segunda novela, un homenaje a esas apasionantes lecturas de todas las épocas y para todas las edades -desde Lewis Carrol a Julio Verne- que en algún momentos nos contagiaron el placer de leer.»
No penséis en el Julio Verne que se anticipaba con su imaginación al futuro, pues el personaje al que se hace referencia es a Miguel Strogoff, aquel invencible correo del zar.
LETICIA SÁNCHEZ RUIZ
Para hablaros de esta autora, no me queda otro remedio que ver lo que dice en la solapa interior del libro, puesto que nada había leído de ella. Y menos aún había siquiera oído hablar de su existencia.
Una joven autora, dicen todas las reseñas. Claro que no es la primera vez que
oigo hablar de un joven autor y resulta que sobrepasa los cuarenta años, con lo
que su juventud es una cosa muy relativa. No es el caso de Leticia (sin Z) que
nació en Oviedo en 1980 (poco más de treinta años y que ya con veinticuatro años
ganó el IV Premio Tétrada Literaria de Novela Corta gracias a El precio del
tiempo.
Su primera novela Los libros luciérnaga, también fue ganadora de un premio, el IX Premio Emilio Alarcos, en 2009.
Estamos pues ante una autora que cada libro que escribe cuenta con premio. Como para no tenerla en cuenta.
ARGUMENTO
«Por aquel entonces Perroti tenía más de cien años, y los aparentaba. Parecía un cadáver que se había escapado de su tumba.» (Página 10)
Érase que se era una niña sin nombre, a la que llamaban Cucuruchito:
«Era una niña que nunca sentía hambre, apenas tenía imaginación olía a bar y se rodeaba de vejez.» (Página 37)
Dos almas que parecen predestinadas a estar juntas y compartir su tiempo. Aunque tiempo no es precisamente lo que le sobra a Perroti, que hace ya mucho tiempo parece que está en las últimas, pero que disfruta paseando de la mano con la niña, a la que invita a pasteles. Hasta que finalmente la muerte tanto tiempo dilatada se hace presente y Perroti muere en el hospital pronunciando unas extrañas palabras:
«El Gran Juego. Solo quiero volver al Gran Juego.»
Tras su muerte, la niña no tarda en encontrar una misteriosa nota:
«Bienvenida al Gran Juego.»
¿En qué consiste este Gran Juego en el que también entra Cosme, su hermano mayor para ayudarla? Porque cuanto más avanzan en él, más confundidos se encuentran, como si ellos mismos fueran una pieza más del complicado juego, en el que a nada encuentran sentido:
«Una escritora enana, un almanaque caducado, un pequeño mundo de jabón. Cosme. Un mapa invisible. Ningún sentido.» (Página 196)
IMPRESIÓN PERSONAL
No es casual que le haya dado al resumen del argumento un aire de cuento. Porque eso es lo que durante muchos momentos parece esta novela, un bello cuento cargado de fantasía, esa fantasía que da la inocencia de la infancia. Salvando las distancias, me recuerda en cierto modo a las novelas de Carlos Ruiz Zafón, con ese aire de cuento, de estar leyendo una ficción no realista.
Y sin embargo no hay fantasía en el relato, solo ese misterio e imaginación de los juegos infantiles, ese que parece que queremos desterrar de nuestras vidas cuando llegamos a la edad adulta, que no es lo mismo que a la madurez.
Quiero aclarar que ese parecido con las novelas de Zafón, solo hace referencia a esa sensación de cuento, aunque con un aire totalmente distinto, pues en las novelas de Zafón me siento como en un cuento gótico, un tanto tenebrista, algo que no sucede en esta novela, mucho más tierna y luminosa.
Me gusta el lenguaje utilizado. Un lenguaje directo, claro, sin artificios, como si todo estuviera narrado por un niño, aunque en realidad es una persona adulta la que lo hace, bien es verdad que rememorando los recuerdos de infancia de su madre. Y los recuerdos de infancia tienen un lenguaje distinto, nos hacemos de nuevo niños cuando los evocamos, y eso es algo que se refleja en el lenguaje en toda la novela.
Resulta muy chocante una protagonista sin nombre, pero eso es lo que nos encontramos, pues la narradora se refiere a ella constantemente como mi madre, o en todo caso ”Cucuruchito” que es como la llaman algunos, especialmente Perroti. En cambio si sabemos el nombre de su tío, al que a veces menciona en la narración como “mi tío” o en otros casos como “Cosme”. Igualmente el padre de la niña es mencionado en el libro como “mi abuelo”.
En muchos momentos el libro te va obligando a hacer una traducción simultánea: El padre de la niña (en lugar del abuelo), la niña (mi madre), Cosme (mi tío)...
Todos los cuentos tienen su moraleja, y este libro no es la excepción. Creo que esa es una de las grandes virtudes del libro, que bajo el disfraz de una historia, nos obliga a reflexionar sobre el sentido de nuestras vidas. Nada voy a desvelar aquí, pero creo que la autora acierta al hacernos ver como el tiempo puede matar la inocencia de la infancia. Una inocencia que es la que nos lleva a querer conocer el mundo, a sentir curiosidad por todo lo que nos rodea, a querer disfrutar de la vida a tope.
Y es que todos estamos invitados a formar parte de este Gran Juego, a disfrutarlo.
Una novela en que la autora nos muestra su gran amor por la literatura, por lo que esta es capaz de inducir en nuestros corazones, por cómo nos muestra modelos de conducta a imitar, todos ellos personificados en Miguel Strogoff, el héroe en que se fija la niña para luchar en la vida, al que toma como modelo a seguir, porque pase lo que pase Miguel Strogoff nunca se rinde. La novela será ficción, pero esa actitud frente a la vida es la que guía a la niña.
No puedo dejar pasar por alto la gran ambientación que se consigue en toda la novela, con dos escenarios principales, el bar del padre de la niña y la buhardilla de Perroti. Lo más curioso es que en ningún momento se nos dice en qué población transcurre la acción. Solo sabemos que es un pueblo grande y con puerto de mar, pero sin especificar más. La autora es de Oviedo, por lo que bien podría haber tomado por modelo algún lugar de Asturias.
Que lugar tan curioso ese bar en el que transcurre la acción, como curiosos los personajes que por él transitan, desde el abogado que resuelve allí consultas, el médico al que todos van a consultar sus males, el indiano rico que juega su partida diaria, o el periodista que va por allí en busca de información, con la pluma de su sombrero austriaco delante o detrás en función de si está o no trabajando, como si la bandera de un taxi se tratara para indicar si está o no libre.
Los múltiples personajes que pueblan la novela forman parte de esa cuidada ambientación, una parte fundamental de la novela, que no se circunscribe únicamente a la niña y su hermano, sino que se amplía con una larga lista de secundarios que contribuyen a amplificar la trama y los escenarios.
Por no faltar, no falta una tierna historia de amor, la de Cosme con Gabriella, la hermana gemela de Martín, el amigo inseparable de Cosme. No es la parte fundamental de la novela, pero es un punto más, un suma y sigue que contribuye a hacerla todavía más humana.
¿Cuatro o cinco estrellas? La verdad es que lo he estado dudando, pero al final, pese a algunos peros (esa mezcla de madre, niña, abuelo, padre, tío, Cosme te hacen algo dificultoso al principio el centrarte en los personajes, o un imperdonable hosco sin hache en la página 25 que en principio sería responsabilidad de los editores), me he decantado por las cinco estrellas por la capacidad de ensoñación que desprende todo el libro por esa capacidad de crear un mundo de cuento dentro del más puro realismo, por unos personajes difíciles de olvidar y sobre todo, por invitar a todos los lectores a formar parte del Gran Juego.
¿Te apuntas tu también a participar en el Gran Juego?
Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles
VALORACIÓN: 10/10
Me has dejado con la miel en los labios. Este libro va directo a mi lista de pendientes.
ResponderEliminar¡Qué buenísima pinta!!! Me lo apunto.
ResponderEliminarGracias por descubrirnos un libro diferente.
Besos!
Lo leí hace un tiempo y también me gustó mucho, la ambientación es una maravilla
ResponderEliminarbesos
¡Qué excelente reseña!
ResponderEliminarLa verdad es que parece un libro diferente, y su portada es muy sugerente.
Me lo apunto y espero leerlo pronto :-)
Bss,
Inma
Guau!!! No tenía ni idea de su existencia pero desde luego pinta estupendamente. La reseña es muy bonita, así que apuntado queda. Bss
ResponderEliminarLo leí este año por tu recomendación y la de otros lectores y me gustó mucho. Yo le veo algunos peros más, pero aun así coincido en que es una lectura muy recomendable y se agradece encontrar a una autora capaz de ofrecernos algo diferente.
ResponderEliminarBesos.
Me apunto, me apunto! Como para no querer jugar con la fantástica reseña que has hecho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Vaya, pues sí que te ha gustado :) cuando salió como novedad me llamó la atención y la he dejado un poco apartada en mi memoria pero me gustaría leerla :)
ResponderEliminarBesos.
Cada vez me gustan más estas historias con aire de cuento. Me dejan un muy buen sabor de boca
ResponderEliminarTengo muchas ganas de leerlo!!
ResponderEliminarEstoy convencida de que me gustará =)
Besotes
Este libro me gustó nada más verlo, ahora toca hacerme con él y sacarlo de mi lista de pendientes,jejeje
ResponderEliminarSaludosss
Ohhhhh a este libro ya le eché el ojo tiempo atrás. Me encanta la cubierta con tantos relojes. Una puntuación altísima a pesar de esos "peros" que comentas. Lo de hosco sin h me parece fuerte. Hoy he publicado una reseña de un libro en el que me topé con un reusar sin H y no se trataba de "volver a usar". Pensé incluirlo en la reseña pero me dije que sólo había sido un único error y lo dejé pasar por alto. Besos
ResponderEliminarUna novela diferente y con una puntuación de 10. No me la puedo perder.
ResponderEliminarBesos.
Menuda reseña, imposible no querer hacerse con el libro tras leerte.
ResponderEliminarMe lo apunto sin dudar.
Un besp!