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domingo, 30 de junio de 2013

LA MULA (JUAN ESLAVA GALÁN)

La mula y el héroe




FICHA TÉCNICA

Autor: Juan Eslava Galán
Título: La mula
Editorial: Planeta (2013)
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 267
PVP: 14,90 €







JUAN ESLAVA GALÁN

Tiene una importante producción de novelas, la mayor parte de ellas de carácter histórico entre las que podrían citarse:
-En busca del unicornio (Premio Planeta 1987)
-El comedido hidalgo (Premio Ateneo de Sevilla 1991)
-Señorita (Premio Lara 1998)
-Rey Lobo (2009)
-Últimas pasiones del caballero Almafiera (2012)

También ha escrito numerosos ensayos que destacan por su valor didáctico a la hora de entender .a historia. Entre otros:
-Historia de España contada para escépticos (2005)
-El catolicismo explicado a la ovejas (2009)
-Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie
-Homo erectus
-De la alpargata al seiscientos (2010)
-Historia del mundo contada para excépticos (2012)




ARGUMENTO

«Te vas a llamar Valentina por lo valiente que has sido, porque te has metido entre los rojos y los fascistas, en medio de los tiros. Así, Valentina.»(Página 10)

Juan Castro Pérez es un acemilero del glorioso ejército nacional que una mañana entre la niebla sale a buscar espárragos y lo que se encuentra es una mula, a la que pone por nombre Valentina. ¿Por qué no quedársela? La llevará junto las que ya tiene en la compañía sin contabilizarla, como si estuviera prestada desde otro puesto y así, al finalizar la guerra, podrá regresar a casa con algo útil para comenzar una nueva vida.

Valentina y Juan compartirán pues los avatares de la guerra.




LA MULA

Con motivo del estreno de la película, se ha reeditado esta novela, evidentemente con la portada del cartel de la película, que es justamente la que ha llegado a mis manos.

La guerra civil española sigue provocando después de más de setenta años divisiones entre los españoles. Una de esas divisiones es entre aquellos que dicen ¡Otra novela más sobre la guerra civil, NO!, y aquellos que disfrutan leyendo nuevas novelas sobre dicha guerra o ambientadas en ella.
Las guerras no dejan de ser situaciones límite en la vida de los seres humanos, donde todas las pasiones van mucho más allá de lo que pudiera esperarse en una situación normal. Es lo que tiene el vivir cada día como si pudiese ser realmente el último de nuestras vidas. Cada momento, cada instante se vive hasta sus últimas consecuencias. De ahí que el amor sea mucho más pasional, los valientes más valientes y los cobardes más cobardes.
Si a eso le sumamos una guerra en la que se enfrentan hermanos contra hermanos, amigos contra amigos, separados por convicción o por el simple azar de dónde se encontraba cada cual en el momento de estallar la guerra, tendremos un material humano maravilloso para crear una novela. Por eso de entrada me atraen las novelas sobre la guerra civil española.

Novelas por otra parte en la que muchas veces es difícil, por no decir imposible, que el autor se desligue del componente ideológico, lo cual en ocasiones lleva a unos pasquines partidistas de difícil digestión.
Con Juan Eslava ya partía con la tranquilidad de saber que no era así, no en vano he leído de él Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie, un lúcido y divertido repaso a nuestra contienda, en la que nadie sale bien parado.

Una novela diferente sobre la guerra civil. No puede ser de otra manera, pues el humor de Juan Eslava convierte en protagonistas de la misma a una mula y a un jornalero de derechas (si siempre ha sido difícil de entender lo de un obrero de derechas, imaginaos en el año 1936)
«Un obrero desclasado por el hábito de la esclavitud que se pasó al lado de los explotadores y vive feliz en su ignorancia.» (Página 67)

Un personaje que me conquistó el corazón por su ternura e inocencia, por su visión de la vida. Una vida en la que una mula es un bien preciadísimo que intenta conservar para cuando acabe la guerra. Un héroe a la fuerza, obligado por las circunstancias a ejercer de tal, en uno de los pasajes más esperpénticos y divertidos de esta novela, en lo que no deja de ser una crítica a las mentiras y la propaganda de la que se sirven los poderosos para engañar o contentar al pueblo.
Juan Castro Pérez, el acemilero protagonista de la novela, es imposible que no cautive el corazón del lector, entre otras cosas por todo el cariño que el autor ha volcado en él. Lógico, pues este personaje está basado en su padre, herrador y acemilero en la guerra civil española.

Es este personaje, su manera de ver la vida, de reaccionar ante los acontecimientos que van poniéndosele por delante, los que hacen que La mula sea una novela sobre la guerra civil española totalmente diferente. Una novela capaz de convencer incluso a los que no gustan de este tipo de literatura, pues por encima de cualquier componente ideológico que por otra parte es prácticamente inexistente, prima la bondad natural de la gente, incluso en una situación en que el odio es lo que mueve la existencia de toda España.

Es La mula una novela muy española, muy próxima a la tradición de los pícaros, de gente que se ve obligada a buscarse la vida. La mili, y esta novela es una especie de historias de la mili salvo que con guerra, era un periodo en que del primero al último todos tenían que intentar sobrevivir a un periodo que no dejaba de ser un paréntesis en la vida. Lo cual termina provocando historias de picaresca.
Historias de gente que intenta disfrutar el día a día, pues no sabe si una bala o una bomba hará que no exista un mañana. Intentando rellenar el estómago, intentando saciar su necesidad de amor y sexo (no siempre por ese orden).
Eso sí, con un cierto aire de ingenuidad, de una sociedad que aún no estaba tan de vuelta de todo como puede ocurrirnos ahora. Por eso quizás es tan agradable la lectura de La mula.




IMPRESIÓN PERSONAL

He disfrutado con la lectura de La mula, una novela que se lee en muchos momentos con una sonrisa en la boca. Y hasta con una carcajada en algún momento concreto. Aunque no por ello, no deje de estar en muchos momentos poblada de escenas dramáticas, por más que ese humor suavice la situación.
No está de más, especialmente para aquellos que disfrutamos leyendo novelas sobre la guerra civil, leer una novela que nos muestra la guerra civil desde una perspectiva diferente. De tal modo es así, que puede gustar a cualquier tipo de público.

Tiene además la fuerza de un personaje central, el cabo Juan Castro, que llega sin duda a lo más profundo del corazón, probablemente por el gran cariño que el autor vuelca en él, ya que no en vano es la figura de su padre. Un personaje dotado de una gran carga humana que le convierte en inolvidable.



VALORACIÓN: 8/10




Esta lectura ha sido posible gracias a Editorial Planeta, que me ha facilitado un ejemplar para su lectura y reseña.


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LA PELÍCULA


Podría escribirse un guión con la odisea que ha tenido que sufrir esta película para poder estrenarse finalmente. Se trata de una coproducción en la que el director se retiró poco antes de terminar la película y solo el empeño de algunos y tras una serie de procesos judiciales, ha permitido que por fin pueda verse en nuestros cines.


Un visionado no exento de polémica, pues ¿es exactamente el material rodado para su proyección, o sólo esas tomas de peor calidad que se hacen para que el director pueda ir viendo cómo va quedando la película?

Ahí está la duda, por más que la productora argumente que lo que se ha buscado es un granulado peor para crear un efecto vintage. (Por qué me suena a excusa)
Aún no la he visto, por lo que no puedo opinar.

Os dejo de todos modos el trailer de la película:










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viernes, 28 de junio de 2013

TODO LO QUE CABE EN LOS BOLSILLOS /EVA WEAVER)

El titiritero de Varsovia


FICHA TÉCNICA



Autor: Eva Weaver
Título: Todo lo que cabe en los bolsillos
Editorial: Espasa
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 350
PVP: 19.90 €





EVA WEABER

Poco sabía de esta autora y no mucho más sé tras leer lo que de ella nos cuenta la editorial en la contraportada:
«Eva Weaber es escritora, artista de perfomance, entrenadora creativa y terapeuta. Reside en Brighton, Inglaterra. Todo lo que cabe en los bolsillos es su primera novela.»



ARGUMENTO

Mika es un niño judío de quince años que vive en Varsovia y ve como una mañana su mundo cambia con la entrada de las tropas nazis en su ciudad. Es el primer paso de una tormenta que arrasará con todo lo que conocía, comenzando por su escuela de la que es expulsado, o de su casa, que se ven obligados a dejar para alojarse en un barrio con todos los judíos, del que pueden entrar pero no volver a salir.
De ese mundo desaparece también su abuelo, asesinado por los nazis en la calle. De él hereda su abrigo, un abrigo lleno de bolsillos escondidos con sorpresas en su interior. Entre ellas un mundo de marionetas que proporcionarán a Mika una nueva vida.




TODO LO QUE CABE EN LOS BOLSILLOS

Muchas son las novelas escritas sobre la segunda guerra mundial. Casi todas ellas tienen como eje central de su argumento el holocausto judío. Un hecho lo suficientemente dramático como para permitir construir en su torno una buena novela. Lo difícil es que el argumento no resulte excesivamente manido, encontrar algo nuevo que contar, un punto de vista algo diferente para hacerlo y no caer en el sentimentalismo barato.

Creo que Todo lo que cabe en los bolsillos lo ha conseguido, al abordar el holocausto no en los campos de exterminio, sino en la resistencia de Varsovia, una de las pocas que se encontraron los nazis en su sistemática maniobra de eliminación de los judíos. Varsovia fue uno de los pocos lugares que finalmente se alzaron contra la deportación masiva hasta que finalmente el gheto fue reducido a cenizas y escombros por los alemanes.

Dos puntos originales tiene esta novela: Por una parte la historia de Mika y sus marionetas. Por otra la historia de Max, el cabo alemán que hace actuar a Mika para entretener a las tropas alemanas y que con la caída de Alemania surge un largo cautiverio en los campos de prisioneros de Siberia a los que los rusos le trasladaron.
Aún siendo menos entretenida esta parte, es sin embargo
 muy interesante, porque intenta mostrarnos el sentimiento de culpa de parte de los soldados alemanes que contribuyeron en el exterminio. Y al mismo tiempo nos muestra el desarraigo que padecen los que vuelven a casa tras muchos años de cautiverio.
«La guerra me ha dejado seco, sin vida,me ha destripado igual que se destripa a un pez. No sé como vivir con todo este sentimiento de culpa y esta rabia que me carcome por dentro. Nadie quiere oírme hablar de la guerra. Me dicen que yo no hice otra cosa que cumplir don mi deber, pero yo sé que soy culpable.» (Página 384)

Dos historias, cada una de ellas un capítulo, que tendrán su engarce en un capítulo final ya en la actualidad. Y ambas historias son de sufrimiento.
Sufrimiento el de Mika, que ve el dolor que hay a su alrededor y que difícilmente puede paliar con su espectáculo de títeres. La risa que consigue arrancar a los niños no es suficiente para calmar tanto dolor y sufrimiento como ve alrededor. Además se siente culpable porque no ha conseguido negarse a entretener también a su odiado enemigo, que periódicamente tiene que ir a visitar para representar espectáculos que les entretengan.
Sufrimiento el de Max que termina comprendiendo todo el mal que ha generado. Órdenes sí, pero el fue el artífice de que esas órdenes generaran dolor.
Dos historias de sufrimiento que tienen un punto de consuelo común: el príncipe, la marioneta preferida de Mika, la que le daba confort en sus momentos de mayor tristeza, la que sirvió a Max en el campo de prisioneros para no desfallecer.

Una historia muy emotiva. No podía ser de otra manera tratando el tema que trata.
Y si conocer la historia es el mejor método para no repetir los errores, para prevenir o saber lo que se nos viene encima, no está de más esta cita. ¿Habla de la estrategia nazi en Polonia o de la España en la que estamos viviendo?:
«Enseguida entraron en vigor las primeras directrices. Y luego continuaron apareciendo, semana a semana, mes a mes, nunca todas a un tiempo sino gota a gota, eliminando cada vez una pieza de nuestras libertad, de nuestra dignidad.» (Página 25)




IMPRESIÓN PERSONAL

Me gusta la novela histórica. Y me gustan, si bien es cierto que hay que espaciarlas un tanto, las novelas que tienen como protagonista la segunda guerra mundial, sobre todo las relacionadas con el holocausto judío. Entre ellas evidentemente hay de todo y cuantas más leo, más difícil es encontrar una diferente, que no sea una repetición o una variación de las anteriores.

Todo lo que cabe en los bolsillos es original, tanto por la figura de Mika el titiritero, como por la de Max el soldado alemán. No es solo la visión de las víctimas, sino de aquellos que ejercieron, bien que sin la total conciencia de serlo, de verdugos.

Pese a gustarme, no puedo negar que hay un pequeño bache en mitad de la narración. El bajón que supone pasar de la historia de Mika a la de Max. Aunque hay que reconocer que la novela remonta para llegar a un capítulo final situado en la actualidad, de fuerte carga emotiva.

La novela me ha supuesto conocer algo más de uno de los momentos importantes en la lucha por la libertad, como fue el levantamiento del gueto judío de Varsovia contra los nazis, ejemplo para generaciones futuras.
Una lectura recomendable para todos aquellos que disfrutáis de la novela histórica, y muy especialmente para aquellos a los que os gustan historias sobre el holocausto judío.



VALORACIÓN: 8/10




Gracias a Editorial Espasa, que me facilitó un ejemplar para su lectura y reseña.


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jueves, 27 de junio de 2013

EL SOL DE BREDA (ARTURO PÉREZ-REVERTE)

Éramos la fiel infantería del rey católico



Esta es la tercera entrega de la saga del Capitán Alatriste. Sin duda es la más bélica de las siete entregas que hasta ahora ha publicado el autor.







FICHA TÉCNICA



Autor: Arturo Pérez-Reverte
Título: El sol de Breda
Editorial: Alfaguara
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 264
PVP: 19,50 €



Editorial: Alfaguara
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 272
PVP: 9,50 €
(La numeración de las citas contenidas en esta reseña corresponden a esta edición)






Editorial: Punto de lectura, 2015
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 256
PVP: 9,95 €




ARTURO PÉREZ-REVERTE


Arturo Pérez-Reverte figura entre los autores de novela más conocidos y vendidos en España, sobre todo a partir de su serie del Capitán Alatriste, que dicho sea de paso, no es lo que más me gusta de él, aunque son de sus novelas más divertidas.
De toda su narrativa (veintitrés novelas incluidas las de la serie Alatriste), sólo hay tres novelas que no he leído El húsar, Un asunto de honor y Cabo Trafalgar (esta última no tengo ninguna intención de leerla, que parece ser lo más aburrido de todo lo que ha escrito). Son por tanto diecinueve novelas, veinte con esta última las que he leído del autor, que para no caerme bien, no podrá decir que no estoy entre sus incondicionales.
Una característica tienen en común, incluidas las de la serie del Capitán Alatriste las novelas de Arturo Pérez-Reverte: Se dividen en dos tipos, las novelas que acaban mal y las que acaban muy mal.

Por lo visto el propósito inicial de Pérez Reverte cuando empezó a escribir estos libros, era hacer de la historia algo agradable y atractivo, que apeteciese conocerla. Y creo que realmente lo ha conseguido. Y ha sido así como lo que iba a ser una novela, ya ha alcanzado la cifra de siete:



-El Capitán Alatriste

-Limpieza de sangre

-El sol de Breda

-El oro del rey

-El caballero del jubón amarillo

-Corsarios de Levante

-El puente de los asesinos






ARGUMENTO


«Voto a Dios que los canales holandeses son húmedos en los amaneceres de otoño.»

Así comienza la novela, con Íñigo de Balboa mediados los catorce años, de mochilero en las tercios de Flandes al lado del Capitán Alatriste:
«Después de azarosos lances que tuvieron por escenario el Madrid de nuestro rey don Felipe Cuarto, donde vime obligado a empuñar la pistola y el acero, y también a u paso de la hoguera, los últimos doce meses habíalos pasado junto a mi amo, el capitán Alatriste, en el ejército de Flandes.» (Página 28)


Allí vivirá Íñigo numerosos lances de guerra que terminarán finalmente con la rendición de Breda, recreada libremente por Don Diego de Velázquez en el cuadro del mismo nombre.




EL SOL DE BREDA

El sol de Breda es sin ningún genero de dudas la más bélica de todas las novelas de la serie del capitán Alatriste. Nada encontraremos en ella de las intrigas palaciegas ni los lances de capa y espada ni de las aventuras aventuras vividas en las entregas anteriores en Madrid. Atrás quedan el malvado Gualterio Maltrapa, la bella Angélica o incluso don Francisco de Quevedo, presente solamente en las cartas que envía.
A pesar de los numerosos lances épicos que van a narrársenos, la realidad de la guerra que se nos muestra es muy diferente al de los lances de capa y espada casi festivos de sus libros anteriores:

«Allí ,la guerra, lejos ya la época de los grandes capitanes, los grandes asaltos y los grandes botines, se había convertido en una suerte de juego de ajedrez largo y tedioso, donde las plazas fuertes eran asediadas y cambiaban de manos una y ora vez, y donde a menudo contaba menos el valor que la paciencia.» (Página 29)


Si queremos conocer de un modo didáctico qué fueron aquellos tercios de Flandes, orgullo del imperio español, aquel en el que todavía no se ponía el sol, desde Breda hasta las Américas. El sol de Breda es probablemente una lectura imprescindible
«Éramos la fiel infantería del rey católico. Voluntarios todos en busca de fortuna o de gloria, gente de honra y también a menudo escoria de las Españas, chusma propensa al motín, que solo mostraba una disciplina de hierro, impecable, cuando estaba bajo el fuego enemigo. Impávidos y terribles hasta en la derrota, los tercios españoles, seminario de los mejores soldados que durante dos siglos había dado Europa, encarnaron la más eficaz máquina militar que nadie mandó nunca sobre un campo de batalla» (Página 36)

Hombres abocados a la batalla por la necesidad que unos tiempos muy duros llevaban aparejados para la población española
«Hombres empujados unos por la miseria y el hambre que pretendían dejar atrás, y otros por la ambición de hacienda, fortuna y gloria.» (Página 38)

No, no era la vida de aquellos soldados una vida fácil. Y lejos de cualquier romanticismo, así lo refleja Arturo Perez-Reverte en esta novel:
«Aquellos eran tiempos en que la vida, incluso la de uno mismo, valía menos que el acero que se empleaba en quitarla. Tiempos difíciles y crueles. Tiempos duros.» (Página 35)

Con todo lo anterior expuesto, creo que El sol de Breda es un paréntesis dentro de la serie de Alatriste. Si suprimimos este libro (cuya presencia por cierto en la película Alatriste se reducía a una única escena en los canales holandeses), la serie en nada se ve alterada. Si en vez de ubicarse en tercer lugar, algo por otra parte lógico pues se respeta el crecimiento de Íñigo Balboa, se hubiera hecho dos o tres libros más adelante como un recuerdo del pasado, en nada se alteraría la comprensión de la serie.
Porque prácticamente nada se añade al personaje de Alatriste. El único que cambia, cosa muy lógica porque está en una edad de grandes cambios (de los catorce a los quince) máxime si se tiene en cuenta las aventuras que está viviendo es Íñigo.

Puede por tanto el lector saltarse esta novela o dejarla para más adelante y leer las siguientes de la serie. Su comprensión de la misma no va a cambiar.




IMPRESIÓN PERSONAL

En el prólogo de la novela podemos encontrar la siguiente cita:
La historia es una novela que ha sido y la novela una historia que habría podido ser.

Nada más cierto, especialmente en esta novela, donde la historia parece una novela increíble y la novela nos narra unos hechos que bien hubieran podido ser así. Desde ese punto de vista, El sol de Breda es interesantísimo, al darnos a conocer de un modo muy ameno una parte de nuestra historia.

Pero no es menos cierto que me han resultado más entretenidas las dos entregas anteriores del capitán Alatriste, quizás porque evocan mis recuerdos de Madrid, de esas calles y callejuelas por las que tantas veces he pasado y paseado.

El sol de Breda tiene la ventaja de que puedes leerlo incluso si no has leído las entregas anteriores. Y al mismo tiempo puedes saltártelo sin que afecte para nada a la comprensión de la serie.

No me resisto a terminar sin poner una cita de este libro, que desgraciadamente está de plena actualidad. Ojalá se cumpliera en nuestros telediarios:
«Tengo dos malas noticias. Aunque entre españoles tener solo dos malas noticias es buena noticia.» (Página 185)



Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles



VALORACIÓN: 8/10





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martes, 25 de junio de 2013

TRILOGÍA MARTÍN OJO DE PLATA (MATILDE ASENSI)




FICHA TÉCNICA

Autor: Matilde Asensi
Título: Trilogía Martín Ojo de Plata
Editorial: Planeta
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 960
PVP: 23,90 €









Hace unos años Matilde Asensi, una de mis autoras favoritas cuando se trata de leer un libro de aventuras, publicó Tierra Firme, un libro que me apresuré a coger en la biblioteca. Me atrapó desde la primera página con una acción trepidante pero  supuso una pequeña decepción, no tanto por el libro en sí, sino porque al acabar el mismo quedaba muy claro que se trataba de una novela que tenía continuación, porque aunque la acción principal terminaba, estaba claro que solo era el principio.

Efectivamente, con Tierra Firme comenzaba una trilogía. Los libros que la componen esta trilogía de Martín Ojo de Plata son:
-Tierra firme.
-Venganza en Sevilla.
-La conjura de Cortes.

Una vez publicados los tres libros, Editorial Planeta ha decidido editarlos en un  único volumen. La ventaja es que el precio final es muy inferior a comprarlos uno a uno. el inconveniente es que resulta un tomo de muchas páginas y peso, pues no se ha escatimado en papel ni en tamaño de letra.


En esta edición espècial, cuenta además de con las tres novelas, con un prólogo de la propia autora y de y un cuadernillo con contenidos extra, basado en la documentación que ha manejado la autora para escribir estas novelas sobre el Siglo de Oro.





CONTEXTO HISTÓRICO DE ESTA TRILOGÍA


Matilde Asensi
En Tierra Firme estamos a finales del siglo XVI, con un imperio español extendiéndose por el mundo, pero con unos reyes solo preocupados de continuar con sus guerras y financiarlas. Para ello el oro y la plata traídos desde el Nuevo Mundo son fundamentales.
Y para esa guerra es también fundamental el monopolio del comercio. Por ello está prohibido comerciar con las naciones enemigas, aunque ello suponga el desabastecimiento de las colonias. Aunque el hecho de estar prohibido no quiere decir que todo el mundo no lo haga, lo cual en un momento dado es la manera de con acusaciones eliminar tus enemigos.

Es esta vida de las colonias la que se nos narra, como a pesar de la riqueza que hubiera tenido que suponer el oro y la plata (riqueza de la que tampoco pudo disfrutarse en la península, pues fue uno de los periodos de mayor pobreza), el monopolio, el no poder ni siquiera por ejemplo hacer vino para no hacer la competencia a España, hizo que las necesidades fuesen muy grandes, pues hasta ropa para vestir podía faltarles.
De ahí la importancia que los comerciantes viajando de un sitio para otro tenían. Comerciantes que en el fondo se dedicaban al trueque de productos, pues por no haber no había apenas moneda ni metales preciosos, que eran todos enviados a España.

Asistiremos también a todo el entramado económico que este comercio suponía y a como algunos se aprovechaban de ello desde España, con la información de cuáles serían las mercancías que partirían para el Nuevo Mundo, para enriquecerse. Ese es el caso de la familia de los Curvo, enemigos de los Nevares, a los que odian por estar al tanto de una parte de sus sucios manejos.

.

En Venganza en Sevilla dejamos la Tierra Firme que es como se denominaba la zona de islas próxima a la costa, para trasladarnos a Sevilla.
«Quien no ha visto Sevilla, no ha visto maravilla.» (Página 47)

Es una Sevilla de la que Catalina partió siendo una niña y que idealizada en sus recuerdos le supone un choque.
«O yo tenía la memoria muy flaca, o los años en Tierra Firme me habían hecho olvidar la miseria de España.» (Página 52).

La palabra crisis parece que no se nos cae ahora de la boca, pero parece una minucia en comparación con lo que tuvieron que pasar los españolitos de aquella época.

«A pesar de ser súbditos del rey más poderoso del orbe y de vivir en el más grande imperio, los españoles pasan hambre y frío, carecía de lo necesario y sufría de ese embrutecimiento que produce el prolongado infortunio. No era de extrañar, pues, que los más listos y valientes emigraran al nuevo mundo buscando una oportunidad para mejorar su situación y una vida nueva para sus familias.» (Página 52)

Y por más que se hable ahora del déficit del Estado, tampoco tiene nada que ver con aquella España permanentemente al borde de la bancarrota, esperando con impaciencia el oro y la plata que procedente de América entraba por Sevilla, con gran regocijo del pueblo al ver regresar la flota, con un suspiro de alivio por parte del rey, aunque regocijo y alivio harto pasajeros porque según llegaba se iba para pagar la deuda a la banca extranjera, que las guerras le costaban muy caras al reino.
Y mientras el pueblo a verlas venir.

«En las calles se veía la indigencia de las pobres y humildes gentes de Sevilla: los niños descamisados y descalzos bajo el frío, las abuelas vendedoras de huevos fritos que se resguardaban en las esquinas, los pícaros hambrientos comidos a su vez por las pulgas, los padres sin trabajo ni pan para sus hijos que caminaban sin rumbo enseñando los dedos a través del cuero roto de las botas... Esa era la España real, la verdadera, la que no recibía ni un maravedí de las inmensas riquezas del nuevo mundo.» (Página 144)

Todo queda resumido en esta lapidaria frase, muy próxima por cierto a las ideas que Arturo Pérez-Reverte nos cuenta en su Capitán Alatriste, coetáneo de esta Catalina Solís:

España era un gigante con los pies de barro y los Austrias no hacían más que empeorar la situación (Página 53)

Pero por más control que hubiera, España es un país de pícaros y truhanes, siempre aguzando el ingenio para hacerse ricos sin trabajar. De eso también nos hablará, de una Sevilla en la que algunos medraban a costa del oro del rey.

.

En La conjura de Cortés la acción regresa al Nuevo Mundo. Un Nuevo Mundo al que fue lo mejor y lo peor del pueblo español, con algunos personajes como Hernán Cortes que podían al mismo tiempo encarnar lo mejor y lo peor de nuestro carácter. Pero todos los que iban al nuevo continente tenían un rasgo en común: la ambición, bien fuera de riquezas, de poder, o simplemente de cambiar de vida, huyendo de la miseria en la que vivía España en la que el brillo dorado del metal del llamado Siglo de Oro, solo iba a las arcas de unos pocos.
Lejos de España, no fueron pocos los que urdieron intrigas para hacerse con el poder o incluso desligarse del poder de una corona muy lejos de las necesidades y del sentir de los que allí estaban. De una de esas ficticias conjuras es de las que va a tratar esta novela.








ARGUMENTO DE TIERRA FIRME


Estamos a finales del siglo XVI, con un imperio español extendiéndose por el mundo, pero con unos reyes solo preocupados de continuar con sus guerras y financiarlas. Para ello el oro y la plata traídos desde el Nuevo Mundo son fundamentales.

Y para esa guerra es también fundamental el monopolio del comercio. Por ello está prohibido comerciar con las naciones enemigas, aunque ello suponga el desabastecimiento de las colonias.

Es esta vida de las colonias la que se nos narra, como a pesar de la riqueza que hubiera tenido que suponer el oro y la plata (riqueza de la que tampoco pudo disfrutarse en la península, pues fue uno de los periodos de mayor pobreza), el monopolio, el no poder ni siquiera por ejemplo hacer vino para no hacer la competencia a España, hizo que las necesidades fuesen muy grandes, pues hasta ropa para vestir podía faltarles.
De ahí la importancia que los comerciantes viajando de un sitio para otro tenían. Comerciantes que en el fondo se dedicaban al trueque de productos, pues por no haber no había apenas moneda ni metales preciosos, que eran todos enviados a España.

Y es de la vida de uno de estos comerciantes, Esteban Nevares y de sus andanzas de la que se nos habla en el libro.
No es un libro de piratas como he leído en algún sitio. Pero evidentemente hay piratas, porque en estas guerras en las que se veía envuelto el imperio español, el ataque a los barcos españoles con el oro y las mercancías que llevaban era una tentación muy grande.
Piratas, corsarios o contrabandistas, que de todo había y que en el fondo era solo una cuestión de matiz. Porque piratas eran los que atacaban los barcos para robarlos. Pero si lo hacían con una carta de su gobierno con permiso para hacerlo, ya no eran piratas sino corsarios. Y si lo que se dedicaban era a comerciar con el enemigo, entonces eran contrabandistas. Aunque en un momento dado pudieran ser una cosa u otra indistintamente.

Asistiremos también a todo el entramado económico que este comercio suponía y a como algunos se aprovechaban de ello desde España, con la información de cuáles serían las mercancías que partirían para el Nuevo Mundo, para enriquecerse.

Conoceremos también cómo era la esclavitud y el mundo de los encomenderos, aquellos que recibían por parte de España un terreno y encomienda en la que podía hacer trabajar a los nativos, prácticamente en régimen de esclavitud, con la diferencia de que para obtenerlos no tenían que pagar dinero como ocurría con los esclavos negros.






ARGUMENTO DE VENGANZA EN SEVILLA




En Venganza en Sevilla Catalina Solís adopta ya según su conveniencia el papel de Catalina Solís, transformada en una viuda y hacendada rica, o el de Martín Nevares, capitán de barco, hijo de un rico comerciante. 



Sin destripar argumento, el enfrentamiento con la familia Curvo obliga a Catalina Solís a volver a España para salvar al que ha sido para ella como su padre, y del que de hecho su personaje masculino se hace pasar por su hijo.

Ya en Sevilla, un juramento realizado a su padre le obliga a vengar el daño sufrido de mano de la familia Curvo, matando a los cinco hermanos Curvo, tres varones y dos hembras. 

Venganza en Sevilla es la historia de cómo Catalina Solís intenta cumplir con ese juramento, fácil de hacer, pero no tanto de cumplir.





ARGUMENTO DE LA CONJURA DE CORTÉS





Terminbaba Venganza en Sevilla con parte de la venganza cumplida. Pero solo en parte, la misión de Catalina no está terminada, por lo que ha de volver nuevamente a Tierra Firme para completarla:

«Harías bien en recordar en voz alta el juramento que le hiciste a tu señor padre. -No permitas que ni uno solo de los hermanos Curvo siga hollando la tierra mientras tu padre los demás nos pudrimos bajo ella- recité con el corazón encogido.» (Página 22)


Por otra parte, Catalina o Martín decide cambiar su nombre, pues no solamente su carácter ha cambiado, sino también su aspecto físico al perder un ojo. Un ojo que primero tapa con un parche pero luego con un ojo de plata, de ahí el nuevo nombre que decide adoptar:
«En resolución, señor o señora, ¿sois varón o sois hembra? -preguntó con enfado el marqués de Olmedillas, creciéndose por las declaración de Rodrigo. Las risas y exclamaciones de mis hombres tornaron a triunfar sobre os sonidos de la tormenta. Para vuestras mercedes -exclamé, regocijada-, seré en todo momento Martín Ojo de Plata.» (Página 79) 

Sin haber podido cumplimentar su venganza, Catalina se ve envuelta en una aventura que en principio ni le va ni le viene, porque ¿quién es ella para inmiscuirse en una conjura contra el rey de España sin llevarse ningún beneficio de la misma?
«¿Encontrar un misterioso tesoro del grande conquistador Hernán Cortés? ¿Qué motivos podía tener alguien tan acaudalada cono yo para meterse en semejante brete y, por más, sin que nada fuera para mí?.» (Página 138)

Pero participará en la aventura, porque será el modo perfecto de llevar a cabo de una vez por todas su ansiada venganza.




IMPRESIÓN PERSONAL


Desde un primer momento me cautivó este personaje de ficción creado por Matilde Asensi, un personaje que intenta aprovechar lo mejor de la condición de mujer que es, pero al mismo tiempo disfrutando de todas las ventajas que le da su presunta pertenencia al género masculino:
«Yo era yo, Catalina, mas, cuando me disfrazaba de Martín, podía ejecutar todas aquellas cosas que, injustamente y por unas razones tan absurdas como desconocidas, estaban prohibidas a las mujeres. Haría siempre lo que mas me conviniera y si lo que convenía era vestirme de Martín Nevares, me vestiría de Martín Nevares.» (Página 39)

Aunque para poder disfrutar de esas ventajas que la condición femenina le niega en una sociedad tremendamente machista, su personalidad haya tenido que irse amoldando, perdiendo inocencia, una inocencia que queda totalmente truncada con la promesa hecha a su padre de vengar su muerte:

«Mi señor padre, a quien yo tanto añoraba, se quedaría de piedra mármol si viera en lo que se había convertido aquella niña que rescató cierto día de una isla desierta. Aquella inocente y candorosa niña a la que prohijara hoy una elegante dama palaciega, maestra en el arte de la espada, maestre de galeón y más rica de lo que él, que se ataba a trabajar sin que le alcanzara para pagar sus deudas, hubiera soñado nunca con llegar.» (Página 101) 



Eso es sin duda lo mejor de la trilogía y de la última entrega.
Pero, a pesar del cariño que le tengo a Matilde Asensi, también debo decir que la tercera entrega me ha defraudado. Ha sido el remate de una trilogía que ha ido de más a menos, perdiendo un poco de interés en cada nueva entrega.


No quiero con ello decir que el libro sea aburrido, pues no lo es y ha captado mi atención desde las primeras páginas. Ni tampoco puedo decir que el ritmo no sea trepidante, pues lo es al igual que lo había sido en las anteriores entregas. Pero es en esta última entrega en la que Matilde Asensi intenta desarrollar una historia de amor. Y ahí desgraciadamente no consigue convencerme.
Tampoco es ninguna novedad, pues en ninguna de sus novelas, sus historias de amor me han parecido convincentes. Me parecen poco creíbles, muy fantasiosas, demasiado dulzonas y cargadas de tópicos.
A propósito de este tema, en una entrevista publicada en el suplemento dominical de El Mundo en la que le preguntan el por qué de tratar ahora de amoríos, Matilde Asensi además de decir que no es la primera vez que trata historias de amor, dice:

«Los lectores me preguntan por el amor y yo respondo que no soy Federico Moccia, que no es mi tema; mi tema es la aventura y la Historia.».

Como veis, ella misma reconoce que las historias de amor no son lo suyo


Por otra parte, todo el entramado histórico que tan interesante había resultado en Tierra Firme hy cuyo interés se mantenía en Venganza en Sevilla me ha resultado en La Conjura de Cortés poco interesante. Un contexto histórico que parece más un decorado de fondo que un intento de ilustrarnos sobre la España de los herederos de Hernán Cortés.

Y es que sobre la figura de Cortes pasa Matilde Asensi casi de puntillas, haciendo además mucho más hincapié en su lado oscuro, que lo tuvo (mujeriego, cruel, ambicioso) que sobre sus grandes dotes de estratega. Claro, que lo de Cortés es muy opinable. 




VALORACIÓN: 8/10




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lunes, 24 de junio de 2013

AVANCE DE LA SEMANA (18)


Os presento una semana histórica y muy muy bélica.

Una semana que va a ser la última del mes y en cierto modo la última de la temporada, pues no voy a ser menos que los reyes y en julio me traslado a mi residencia de verano, donde la conexión con internet brilla por su ausencia. Y sin esa conexión y sin mi ordenador, se hace un poco complicado editar los textos, por lo que mis secciones habituales de avance de la semana y domingos de cine, se toman unas vacaciones hasta septiembre



Comienza el martes con la Trilogía Martín Ojo de Plata, un libro en el que se recogen las tres novelas que Matilde Asensi ha publicado sobre su singular personaje.








El jueves tendremos una cita con Alatriste, en la más bélica de las entregas del personaje creado por Arturo Pérez-Reverte, batiéndose allá por tierras holandesas en El sol de Breda.







El viernes es el turno de la Segunda Guerra Mundial con Todo lo que cabe en los bolsillos de Eva Weaver.








Para domingos de cine La mula, basado en la novela del mismo nombre de Juan Eslava Galán. Una visión divertida y con un punto tierno de la guerra civil español por la sierra de Peñarroya.







Al margen de esto, esta semana comienza la lectura conjunta de Prométeme que serás delfín de Amelia Noguera. Estaré atento a las reseñas que vayan publicándose.