SHUTTER ISLAND (DENNIS LEHANE)

La isla de los locos sin regreso


FICHA TÉCNICA

Título: Shutter island
Autor: Dennis Lehane
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 320
PVP: 16 €
Editorial RBA

Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Páginas: 240
PVP 6,50 €




Cuando leí esta novela, era un título poco o nada conocido, de un autor que hasta ese momento había pasado desapercibido en España. Al desconocimiento del título le quedaban los días contados, porque ese fin de semana se estrenaba la versión cinematográfica con Leonardo Di Caprio en el papel estelar.

Evidentemente tras el estreno la portada del libro cambió y pusieron otra con la foto de Di Caprio en primer plano, pasaría de ser un libro desconocido a uno de los más solicitados.



DENNIS LEHANE


El autor es Dennis Lehane, para mi un perfecto desconocido hasta ese momento, aunque al revisar su biografñia veo que es el autor de Mystic river. 
Eso es ya todo un aval, porque de un buen libro puede hacerse una mala película, pero de un mal libro nunca puede hacerse una buena película. Y Mystic river, dirigida por Clint Eastwood es una extraordinaria película, con un trasfondo policiaco puesto que se trata de la investigación de un asesinato, pero que cuenta con unos personajes de compleja y bien dibujada personalidad.



Dennis Lehanne es un autor de novela negra que para variar no es nórdico, sino estadounidense, más concretamente de Boston.

Una de las características de las novelas de Dennis Lehane es que son muy cinematográficas. A la espera de que su última novela Cualquier otro día sea llevada a la gran pantalla, tres son las novelas adaptadas pava el cine, todas ellas con una característica común: Han sido buenas o muy buenas películas:

- Mystic river: Dirigida por Clint Eastwood y con un reparto de lujo (Sean Penn, Tim Robbins. Kevin Bacon) - Desapareció una noche con un Ben Affleck que resulta mucho mejor director que actor. (Titulada en España Adios, pequeña adiós)

- Shutter Island una de las mejores películas del año 2010, dirigida por Martin Scorcese y con la actuación estelar de Leonardo Di Caprio. 

Otra característica común es que la acción de sus novelas transcurre en Boston, bien mostrándonos cómo era la ciudad a finales de la Primera Guerra Mundial (Cualquier otro día), en la isla situada frente a él (Shutter Island) o en el Boston menos glamouroso de sus barrios bajos como son las novelas de la pareja de detectives: Patrick Kenzie y Angela Genaro o de Mystic river.

Hasta tal punto es así, que alguna de sus novelas tiene un cierto componente de novela histórica al mostrarnos cómo era esta ciudad en el pasado.

Patrick y Angie son los protagonistas de las primeras novelas de Dennis Lehane: 1994 - Un trago antes de la guerra (A Drink Before the War). RBA Serie Negra, España. 

1996 - Darkness, Take My Hand (aún no publicada en español) 

1997 - Sacred 

1998 - Desapareció una noche (Gone, Baby, Gone). RBA Serie Negra, España. 

1999 - Plegarias en la noche (Prayers for Rain). RBA Serie Negra, España.

2010 – La última causa perdida (Moonlight Mile) RBA Serie Negra

El resto de sus novelas son: 2001 - Mystic River (Mystic River o Río místico). RBA Serie Negra, España. 

2003 - Shutter Island (Shutter Island). RBA Serie Negra, España. 

2008 – Cualquier otro día (The Given Day). RBA Serie Negra, España

2013 - Vivir de nocyhe. RBA Serie Negra

Otra característica de la obra de Dennis Lehane es que se trata de novela negra, negra muy negra como una noche sin luna en el caso de Desapareció una noche y toda la serie de la pareja de detectives, o siendo solo un componente más dentro de una novela mucho más compleja en su última obra (Cualquier otro día).   

¿QUÉ ES SHUTTER ISLAND?

En primer lugar, Shutter Island es una novela policiaca. Podríamos encuadrarla en ese género siempre interesantísimo de crimen en una habitación cerrada. Solo que la habitación cerrada es una isla a 18 kilómetros de tierra firme de la que no es posible escapar.
Una mujer desaparece de una habitación cerrada con llave, pasando por delante de tres puestos de control, con una sala llena de agentes que están jugando a las cartas, caminando descalza y trepando un muro de tres metros con una alambrada electrificada, o bien lo hizo cruzando una puerta vigilada adentrándose en la oscuridad. Y luego recorrer 18 kilómetros a nado en contra de una corriente encolerizada y en aguas frías.
Y nadie la ha visto.

Pero al mismo tiempo es una historia de amor, la historia de un amor roto por la muerte y que marca la vida del protagonista, en permanente lucha consigo mismo para seguir vivo y que si tuviera la seguridad de que suicidándose estaría con ella, ya se habría quitado la vida.
Una pérdida que aún no ha sido capaz de asimilar, un amor que lo aleja de la realidad de tan profundo como es el dolor, un dolor que no ha tenido el alivio de la venganza.«A medida que transcurría el tiempo, cada vez la añoraba más, y la necesidad que tenía de estar con ella se convertía en una herida que nunca cicatrizaría y que nunca dejaba de sangrar.»  (Página 90)

Por si no fuera suficiente con lo anterior, la novela penetra en el complejo universo de la locura. Según avanza la novela, la duda va adentrándose con fuerza en la mente del lector. ¿Qué es real? ¿Qué es imaginario?
Sin entrar en la complejidad de otras novelas como Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena, Shutter Island se adentra en el fascinante mundo de la psiquiatría y la mente humana. No en vano la acción transcurre en un hospital psiquiátrico, aunque no sea un hospital cualquiera, porque a él son enviados enfermos peligrosos que han sido condenados por delitos violentos. Es pues una mezcla de hospital psiquiátrico con cárcel de alta seguridad.

Como la acción transcurre a principios de los años 50, se nos presenta el debate entre las diferentes corrientes de la psiquiatría de aquellos años, la intervencionista, con electrochoques y lobotomías para alterar el comportamiento por un lado, y la incipiente corriente farmacológica por otro.
Y todo ello bajo una inquietante reflexión: «Esta es la genialidad kafkiana de todo el asunto. Si no estás loco, pero la gente ha dicho al mundo que si lo estás, entonces todas las protestas por demostrar lo contrario no hacen más que corroborar que tienen razón.»  (Página 234)

ARGUMENTO

Edward Daniels (Teddy) y Charles Aule (Chuck) son dos agentes federales que reciben el encargo de dirigirse al hospital Ashecliffe, en una isla a 18 kilómetros de la costa, un hospital psiquiátrico para personas que han cometido crímenes violentos. Su misión es encontrar a Rachel Solando, paciente para los médicos del hospital, reclusa para los agentes, que ha desaparecido. Rachel está allí tras haber matado a sus tres hijos.
Pero nada es exactamente como parece, pues Teddy se las ha apañado para hacerse con esta misión, la excusa perfecta para vengarse de Andrew Laeddis, el pirómano responsable del incendio en el que murió su mujer, Dolores Chanal, una pérdida que no ha podido superar.
No es el único propósito de Teddy, pues también va con el encargo de un senador de averiguar qué es lo que ocurre realmente tras las puertas del hospital, pues en plena Guerra Fría se ha destinado una importante partida de dinero desde fondos secretos. ¿Qué experimentos inhumanos se están haciendo con las personas allí encerradas?
Las dudas y las sospechas van instalándose en la mente de Teddy, que ya no sabe de quién puede fiarse, pues incluso no sabe nada de Chuck, su compañero de misión. ¿Es realmente un compañero o ha sido puesto allí para vigilarle?

El tiempo juega en su contra, porque empieza a sentir los primeros efectos de las drogas que le han suministrado, por lo que debe resolver todas las cuestiones que allí le han llevado y huir de la isla antes de que sea demasiado tarde.

¿POR QUÉ ME HA GUSTADO TANTO?

Si dijera que este libro me enganchó desde la primera página mentiría. Es más, el primer capítulo hube de releerlo al terminar la lectura del libro. Adquiere entonces un sentido que no se puede apreciar la primera vez.
Que un libro tenga un arranque espectacular puede ser muy interesante pero no es lo fundamental, siempre y cuando no sea tan pesado como para hacerte abandonar la lectura. Mucho más importante es su desarrollo y sobre y todo el final, porque es como cuando la última pipa de la bolsa está rancia o la última almendra está amarga, porque por muy buenas que hayan estado las anteriores, ese sabor final es el que queda y con el que juzgarás todo el paquete.

Por eso he sido siempre tan crítico con El Código Da Vinci y con todos aquellos libros que tras haberte generado unas altas expectativas, lo tiran todo por la borda con un final inverosímil y/o tramposo.
En el polo opuesto está por ejemplo La nieta del Señor Lihn (Philippe Claudel), con un giro radical y sorprendente en la última página que te hace replantearte todo lo que habías creído entender hasta ese momento.
En esa misma línea está Shutter Island, que a medida que avanzan sus páginas te va atrapando en una atmósfera cada vez más opresiva como la de esa tormenta que descarga sobre la isla. Una atmósfera de dudas y angustias junto al protagonista que desembocan en un final perfecto en el que todo queda claro y resuelto.

Es por tanto esa sensación final de que el autor ha desembrollado una enredadísima madeja la que prevalece, y con ella el sentimiento de que no has perdido el tiempo leyendo este libro, algo que odio porque implica que a cambio me he perdido un libro que si merecía la pena.
Y como el que encuentra una perla preciosa y lleno de alegría corre a compartir el hallazgo con sus amigos, saltándome la opinión de otro libro que he leído antes corro a recomendaros este libro sin reservas de ningún tipo.

Es un libro muy cinematográfico, en el sentido de que según lo lees estás viendo la película que hay en él, no como otros del estilo de El perfume, que ya hay que tener valor para transformarlo en imágenes para la gran pantalla.
Normal pues que un gran director como Martin Scorsese se haya apresurado a dirigirla y a Leonardo Di Caprio a apropiarse del papel principal.
No termino de ver a Di Caprio en el papel de Teddy, porque por más cara de duro que ponga, es difícil dejar de ver en el a un niño bueno que necesita protección. Pero sobre este párrafo volveré cuando vea la película.

Lo que está muy claro es que el personaje de Teddy es una tentación para cualquier actor. Pocos personajes tan bien escritos como este Edward Daniels, superviviente de la Guerra Mundial, partícipe de horrores que marcan a cualquiera como la liberación de los campos de exterminio nazis, con unas cuántas muertes a sus espaldas Hay que ser muy duro para que esa realidad no te derrumbe, no destruya tu cerebro. Aunque por muy duro que se sea, nadie escapa indemne.
Pero junto a esta faceta dura, se esconde otra muy tierna de hombre perdidamente enamorado de una mujer que la muerte le ha arrebatado. Está loco de amor, como solo una persona enamorada puede estarlo.
Intriga, enigmas, acertijos, locura, suspense, acción. Este libro lo tiene todo, incluido un impecable final.



Las notas de este comentario hacen referencia a la edición en tapa dura, hoy día difícil de encontrar, aunque me imagino que con la película se reeditará.

Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles.

VALORACIÓN: 10/10

LIBRO VERSUS PELÍCULA

La película sigue muy fielmente el libro, del que ha recortado muy pocas cosas. Si acaso simplifica algunos de los enigmas que Teddy resolvía en el libro.

En lo que más se diferencia es en el principio, que comienza directamente sin el capítulo inicial, ese que tienes que releer una vez que has terminado la lectura, en el que de un modo muy poético nos cuenta como una vez vio una rata, una de las muchísimas que pueblan la playa de la isla, llegar a nado hasta la costa, deseando que fuera cierto, que alguien hubiera una vez conseguido logras salir de allí.

Y lo que también es diferente es el final, totalmente explícito, cosa que no ocurre en el libro, que aunque el final no es abierto, deja más espacio y lugar a la imaginación del lector.

El hecho de haber leído primero el libro, hace que el visionado de la película te lo plantees de un modo totalmente diferente, porque ya sabes qué es lo que va a ocurrir y te permite recrearte en muchos detalles que ya sabes el por qué son así. Te permite captar algunas miradas y expresiones que se te pasan por alto si no sabes de antemano su significado y , desde ese punto de vista, es una experiencia muy interesante.

De todos modos si no has leído el libro, esta es la clásica película que cuando acaba, tienes que rebobinarla entera otra vez en tu mente para recolocar cada pieza en su sitio. Es el clásico ejemplo de las películas que no te importa revisar pasado no demasiado tiempo, para poder verla con otra perspectiva, para entenderla mejor.

Te permite por ejemplo el poder captar alguna cosa que si estaba presente en el libro, pero que se me había escapado, como por ejemplo el miedo de Teddy al agua. En la película no se nos cuenta, como siendo pequeño, en el primer paseo que su padre tuvo con él en una barca, se había mareado terriblemente, ni que su padre había desaparecido en el mar. Pero con todo, lo más importante está en la frase inicial de la película cuando está vomitando en el barco que le lleva a la isla y al contemplar el mar dice: “Es solo agua, mucha agua”. Porque el agua que le aterra, ha jugado un papel muy importante en su vida, un papel que él va a a tener que descubrir.

No todo en la película es perfecto, pues hay algunas cosas que no terminaron de convencerme. La que menos fue la historia de amor, otra de las que sufre el recorte (y aun con eso son más de dos horas de película). Nada se nos cuenta de cómo durante la guerra Teddy la conoció a Dolores y se enamoró de ella. Pero eso es lo de menos, lo más importante es que no termino de ver esa historia de amor como me la había imaginado, pues en la pantalla resulta mucho más fría y con menos pasión.

Puede que en parte se deba a que la actriz que interpreta a Dolores, no terminó de convencerme, ni por guapa, ni por sexy. Aunque no toda la culpa es suya, pues en los sueños que Teddy tiene con ella, se pierde buena parte de ese carácter erótico y amatorio, para transformarse en algo mucho más cercano a una pesadilla.

Antes de empezar la película, no tenía claro que la elección de Di Caprio fuera la adecuada. Una vez vista, tengo que deciros que si bien sigo sin ver a Leonardo Di Caprio físicamente como el más adecuado para el papel, Scorsese lo ha elegido no tanto por su físico, sino por sus grandísimas dotes de actor.

Unas dotes que cuando le vi interpretando Titanic, me pareció un guaperas más de los muchos que pueblan Hollywood y que tarde o temprano desaparecería. No ha sido así, más bien al contrario, pues su trayectoria es una continua línea ascendente, con interpretaciones que van desde su lado más tierno y humorístico (no puedo quitarme de encima esa vertiente suya de niño bonito que cae bien de Atrápalo si puedes), a los papeles más dramáticos, entre los que se incluyen alguno de los trabajos que ha realizado con Scorsese, porque este ya es el cuarto trabajo que realiza con este director, el mismo de Infiltrados, El aviador y Gangs of New York.

Entre las interpretaciones, tengo que destacar también la de Beng Kingsley en el papel del médico del centro. Esas miradas suyas, tan cargadas de comprensión, son importantísimas.

Os dejo el trailer en español de la película

                 Domingos de cine (14)

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