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viernes, 31 de mayo de 2013

EL MAPA DEL CIELO (FÉLIX J. PALMA)

¡Que vienen los marcianos! ¿O ya están aquí?





DATOS TÉCNICOS

Autor: Félix J. Palma
Título: El mapa del cielo
Editorial: Plaza & Janes
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 672
PVP: 21,90 €









Editorial: Debolsillo 2013
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Páginas: 744
PVP: 9,95 €










«¡Apreciado lector! (como para no apreciarte con lo que escaseas) ¡Ten cuidado con seguir adelante en la lectura de esta reseña! ¿Cuántas veces no has deseado sentirte atrapado por las páginas de un libro? Pues ten cuidado con lo que deseas, no vayan tus sueños a hacerse realidad, algo que sin duda ocurrirá si comienzas a leer “El mapa del cielo”. Te verás transportado al siglo XIX, un siglo en el que no existía la televisión, ni Internet, donde el entretenimiento más común aunque no al alcance de todos era le lectura. No verás la televisión, no te dejarás enganchar en la Red. Lee rápido, porque es probable que te olvides también de comer o hasta de ir a trabajar con tal de terminar las páginas de esto que el propio autor denomina folletín.»



ARGUMENTO

«Una mujer para quien el universo no tiene límites.
Una época en la que el hombre en busca de un lugar donde hacer realidad sus sueños, se atrevía a pensar en la vida más allá de la Tierra.
Un mundo que está apunto de comprobar como las fantasías de un escritor cobran vida.
¡Ten cuidado con lo que deseas, que puede hacerse realidad!.»


Son las palabras que podemos escuchar en el video promocional de El Mapa del Cielo) y que muy bien podrían resumir el argumento del libro. Aunque bien pensado ¿de qué libro? Porque en realidad El Mapa del Cielo está dividido en tres partes que vienen a ser cada una de ellas en sí misma un libro.

Comencemos pues por el principio, aunque ¿existe un principio?
«Ya les advertí que el principio de una historia es siempre difícil de precisar porque un relato tiene infinitos principios, aunque yo, por suerte o por desgracia, puedo verlos todos. ¿Cuál de ellos debería escoger? ¿Existe un principio que pueda calificarse como tal? ¿Y acaso un principio no es siempre el final de otra historia?.» (Página 54)


Sean cuales sean las dudas del autor, la historia comienza con el escritor Herbert G Wells que tras el éxito de La máquina del tiempo, disfruta de una fama acrecentada gracias a la novela que acaba de publicar, fruto de una imaginación que no deja de sorprender a sus lectores: La guerra de los mundos, en la que describe la invasión de la tierra por vida procedente del espacio exterior, concretamente del planeta Marte. Una crítica feroz contra el imperialismo y colonialismo británico que aplasta las culturas de los lugares que conquista, unas conquistas que no se deben a una mayor inteligencia sino a su gran superioridad tecnológica, lo mismo que refleja en su novela.
La fama de su obra ha traído a Londres a un escritor norteamericano que ha escrito una continuación de la obra de Wells y que quiere entrevistarse con él. Tras invitarlo a comer, en una comida en la que lo que abunda es la bebida, trasmite a Wells un terrible secreto: en un museo de Londres se esconden las pruebas de que la tierra ha sido recientemente visitada por vidas de otro planeta.

Demos otro paso atrás, porque ahora el autor va a mostrarnos cómo fue la llegada de ese ser de otro mundo a la tierra. ¿Qué pasó para que terminara junto con su nave en un museo londinense? (Fin de la primera parte)

En otro giro del relato, la segunda parte comienza con una historia totalmente distinta, la de Emma Harlow, bisnieta de un Harlow que obtuvo fama al engañar al mundo entero publicando unos artículos periodísticos en los que se demostraba como la luna estaba habitada por seres fabulosos.
Fruto de aquella prodigiosa imaginación es un maravilloso mapa inventado, ese mapa del cielo al que hace referencia el título de la novela. Un precioso mapa que regala a su hija de diez años y que va pasando de generación en generación como regalo a la hija al cumplir los diez años.
Con semejante antepasado como modelo, mal lo llevan los pretendientes de Emma, rechazados uno detrás de otro. Pero hay uno más persistente e insistente que todos los demás. Para deshacerse de él, Emma le propone una prueba imposible. Si la cumple se casará con él. Si no lo hace, desaparecerá definitivamente de su vida. La prueba consiste en perpetrar un nuevo engaño: reproducir la invasión marciana narrada por Wells en La guerra de los mundos y conseguir que el pueblo inglés la crea.

¿Qué ocurrirá si dicho sueño o engaño se transforma en una realidad?

Para saberlo, tendrás que leerte el libro, porque yo no pienso contarte más.





EL MAPA DEL CIELO

¡Apreciado lector! Tu que con tu esfuerzo hasta aquí has llegado, eres digno antes de embarcarte en la lectura de este libro, de recibir unos avisos previos para su lectura. Aunque es bien cierto que El mapa del cielo es una novela que puede leerse de un modo independiente, en realidad forma parte de una trilogía cuya primera entrega fue El mapa del tiempo. Si esta segunda obra está centrada en La guerra de los mundos de H. G. Wells, la primera está relacionada con otra obra del mismo autor, precisamente la primera que publicó: La guerra de los mundos.

No es estrictamente una continuación de la primera novela, pero si es cierto que al margen del propio Wells, alguno de sus personajes provienen de la novela anterior, algo que puede afectar a la comprensión de ciertos detalles, especialmente en la tercera parte para aquellos que no hayan leído el primer libro. Si no has leído El mapa del tiempo, pueden no quedarte tampoco demasiado claros los motivos del profundo odio que Wells siente hacia Montgomery Gilmore, el millonario que va a perpetrar el engaño reproduciendo su novela.

Por ello mi recomendación es que, si te es posible, comiences con la lectura de La guerra de los mundos, un libro por otra parte muy entretenido. No es imprescindible, pero si conveniente.

Al igual que tampoco es imprescindible pero si aconsejable leer La Guerra de los Mundos antes de empezar con esta novela. Ayuda mucho a entrar en situación de un modo directo, pues al leerla previamente ya estás imbuido de ese ambiente de finales del siglo XIX que la novela reflejaba. Disfrutarás más también de las primeras páginas, que o dejan de ser una crítica y comentario del libro, que Félix J. Palma por boca de Wells nos dice que no es excepcional (algo en lo que coincido, pese a considerarlo un clásico y una novela que merece la pena leer)

En la reseña que hacía de El mapa del tiempo comentaba que era también un más que interesante repaso a la literatura, con alusiones además de a Julio Verne, a otros autores como Jonathan Swift (Viajes de Gulliver), Charles Dickens (Cuentos de Navidad), E. A. Poe (Un cuento de las montañas escabrosas), Bram Stoker (Drácula) y por supuesto la figura principal del libro: H. G. Wells.

De Wells se nos ofrecen comentarios muy interesantes de algunas de sus novelas como "La máquina del tiempo", de obligada revisión tras la lectura de este libro, o "La Isla del Dr. Moreau". Sin olvidarnos de la famosísima "La Guerra de los mundos".


Esta mezcla de literatura dentro de la literatura se repite en El mapa del cielo, en el que no se hace una profunda reflexión sobre la obra de Wells, especialmente como no de La Guerra de los mundos, sino que toma a una de las figuras que ya aparecían citadas en la novela anterior, Edgar Allan Poe para convertirlo en un personaje más de la novela.
La compleja personalidad de Poe, así como los misterios que acompañaron a su vida y especialmente a su muerte, permiten a Félix J. Palma jugar con los fantasiosos motivos que marcaron su obra posterior, tan llena de pesadillas vivas, del horror de unas historias en las que la muerte estaba presente en su forma más aterradora.
Julio Verne también está presente con una de sus obras: Viaje al centro de la tierra, porque es la entrada a ese mundo en el interior de la tierra el que buscan en una expedición al Polo en la primera parte del libro.

Si hay algo que realmente llama la atención de este libro, es la capacidad de mantener la intriga en todo momento
«Por el asombro que reflejan sus caras en este momento, puedo deducir lo mucho que les han intrigado los distintos misterios que este relato esconde entre sus pliegues.
(…) Yo también estaría intrigado, si no fuera, por supuesto, porque conozco todas las respuestas. Unas respuestas que les iré desvelando poco a poco y con sumo placer, pues esa es una de las tareas más gratas de toro narrador, ya que, salvando las distancias, nos permite emular a los magos que llenan los teatros.»
(Página 54)

Porque no se trata además de una única intriga, sino que la acción multiplica sus escenarios y sus puntos de interés.
«Volvamos ahora con el auténtico Wells (…) Espero que sepan disculparme por haberlo abandonado en tan comprometida situación. tómenselo como un humilde homenaje por mi parte a las argucias de la novela por entregas de la época, que obligaban a los lectores a adquirir el siguiente capítulo si querían descubrir como se resolvía la escena, lo cual yo voy a relatarles en este mismo instante, a modo de recompensa por su paciencia.» (Página 408)

Hay momentos en que el relato parece un circo de varias pistas en las que se desarrolla simultáneamente la acción, que por fuerza ha de ir saltando de un punto a otro dejando al lector con ese punto de intriga y ganas de saber lo que pasa:
«¿Y si resulta que lo que está sucediendo allí dentro es más importante para esta historia que lo que está pasando en la sala? Ojalá tuviera la suficiente destreza para narrarles dos conversaciones a la vez, pero desgraciadamente no es esa una de mis escasas virtudes.» (Página 487)

Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, el relato da más vueltas que una noria en día de feria, y además tiene más revueltas que la carretera de un monte perdido. Todo ello en aras de conseguir mantener al lector permanentemente sorprendido. Sorprendido, que no es lo mismo que confundido, pues al final este complejo puzle de mapas del cielo termina encajando sin que sobre ni falte ninguna pieza.

Una pregunta que podéis estar haciéndoos y que en más de un caso puede generar dudas a la hora de decidirse a leer este libro es: ¿Es este libro un relato de ciencia ficción?. La respuesta es compleja, porque no puede negarse que hay componentes de ficción científica en el mismo. La simple llegada de seres de otro mundo lo sería. Pero por otra parte, el estilo con el que está escrita la novela lo aleja completamente de lo que podríamos considerar ciencia ficción, pues el lenguaje para nada es científico. No puede serlo, porque la novela está escrita con un lenguaje y un estilo propios del siglo XIX. Es un homenaje a los primeros escritores de este género, un homenaje a H. G. Wells y a Julio Verne.




IMPRESIÓN PERSONAL

«Para Pedro, porque sin lectores no existiría la literatura.»

Esa es la dedicatoria escrita a mano que figura en las primeras páginas del libro. Y es que este libro es un regalo del propio autor (más bien me imagino que de su editorial), que conseguí en un sorteo a través de facebook (y llevo ya unos cuantos).
Me apunté a él con un cierto interés porque había leído su libro anterior: El mapa del tiempo y me había gustado su estilo y la mezcla de estilos.

Antes de comenzar con la lectura de este libro, me leí La Guerra de los Mundos, una lectura que si bien no es imprescindible, puesto que probablemente todos hayamos por lo menos visto alguna versión cinematográfica del libro y sabemos de qué trata, pero si es muy conveniente, porque permite empezar el libro imbuido en el espíritu de finales del siglo XIX.

Eso es quizás lo que más me ha gustado de esta novela, ese estilo de novela del siglo XIX, un tanto folletinesca, con un espíritu del mundo un tanto ingenuo, una lectura apta para todos los públicos. Una lectura que me trasporta a mi infancia poblada de libros de Julio Verne, de libros de aventuras, aquellos en que con todo el tiempo del mundo por delante con aquellos tres meses de vacaciones de verano por delante, cogía un libro y no lo soltaba hasta no terminarlo, en que me llevaba una buena bronca de mi madre porque no la oía cuando me llamaba a comer de tan embebido como estaba en la lectura de las aventuras de aquellos fantásticos personajes.
Porque se trata de eso, de una novela de aventuras, cargada de acción, de fantasía, en la que el amor de un modo insospechado consigue abrirse también un hueco para narrar una historia de amor que supera la barrera de los tiempos.
Dicen que “segundas partes nunca fueron buenas”. No es el caso, esta segunda entrega consigue superar con creces a la anterior, y dejarme con ganas de leer la próxima entrega.



Lectura facilitada por Félix J. Palma



VALORACIÓN: 9/10





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jueves, 30 de mayo de 2013

LOS LITIGANTES (JOHN GRISHAM)

Litiga, que algo queda


FICHA TÉCNICA


Autor: John Grisham
Título: Los litigantes
Editorial: Plaza & Janés
Título original:The litigators
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 494
PVP: 23,90 €














Editorial: Punto de Lectura, 2016
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 496
PVP: 6,95 €







JOHN GRISHAM


Hablar de autor de bestsellers es hacerlo de John Grisham, que lleva ya veintitrés años publicando novelas, casi a una por año, y convirtiéndolas todas en grandes éxitos de ventas. Antes que escritor fue abogado y es sobre el mundo de la abogacía, el mundo de la ley y los juicios, esos juicios tan peculiares en Estados Unidos, sobre lo que versan la mayoría de sus novelas.

Estas son las novelas que ha publicado hasta ahora (* sin relación con temas judiciales):

Tiempo de matar (A Time to Kill, 1989)
La tapadera (The Firm, 1991)
El informe pelícano (The Pelican Brief, 1992)
El cliente (The Client, 1993)
Cámara de gas (The Chamber, 1994)
Legítima defensa (The Rainmaker, 1995)
El jurado (The Runaway Jury, 1996)
El socio (The Partner, 1997)
Causa justa (The Street Lawyer, 1998)
El Testamento (The Testament, 1999)
La hermandad (The Brethren, 2000)
La granja (A Painted House, 2001) *
Una Navidad diferente (Skipping Christmas, 2001) *
La citación (The Summons, 2002)
El rey de los pleitos (The King of Torts, 2003)
El último partido (Bleachers, 2003) *
El último jurado (The Last Juror, 2004)
El intermediario (The Broker, 2005)
El Proyecto Williamson (The Innocent Man: Murder and Injustice in a Small Town, 2006)
El Profesional (Playing for Pizza, 2007) *
La Apelación (The Appeal, 2008)
La trampa (The Associate, 2009)
Siete vidas (Ford County, 2009)
Theodore Boone: Joven abogado (Theodore Boone: Kid Lawyer, 2010).
La confesión (The Confession, 2010)
Theodore Boone: The Abduction (Theodore Boone: The Abduction, 2011). No publicada todavía en español.
Los litigantes (The Litigators, 2011)


El ritmo y el estilo de John Grisham propician la adaptación de sus novelas al cine. Adaptaciones que han contado con actores de primerísima fila como Tom Cruise (La Tapadera), Susan Sarandon (El Cliente), Julia Roberts (El Informe Pelícano) Jonn Cusack y Dustin Hoffman (El Jurado), Sandra Bullock (Tiempo de matar) o Matt Damon (Legítima defensa).


Gracias a John Grisham, se mejor cómo funciona el sistema judicial estadounidense que el español. Estamos importando algunas de sus normas como la de juicios con jurado, pero sin que tengamos esa cultura. Vemos películas o series que como son hechas por y para público estadounidense (otra cosa es que la vendan en todo el mundo), dan por sentadas cosas que por nuestra cultura desconocemos.

Así pensaba (me imagino que como la mayoría de los españolitos no versados en el mundillo judicial) que a doce personas les tocaba la china de formar parte de un jurado, como aquí te toca formar parte de una mesa electoral y ya estaba.
La realidad es mucho más compleja, hasta el punto de existir especialistas en la elección de jurados, pues tanto la defensa como la acusación tienen derecho a recusar a miembros del jurado.
Todo eso queda muy claro en una de sus mejores novelas: El Jurado 


En El proyecto Williamson aprenderemos el sistema de detención, como surgió el famoso "puede usted permanecer en silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra...."
Y sobre todo conoceremos el funcionamiento de la maquinaria judicial, todo el proceso de las apelaciones, el funcionamiento de la pena de muerte, la aparición de organizaciones para defender a los presos condenados a muerte, etc.


Un detalle importante de la biografía de John Grisham que aparece en la contraportada de una de sus últimas novela publicadas en España, es que es directivo del Innocence Project en Nueva York y Mississippi, una organización dedicada a la reforma penal y a la exoneración a través de pruebas de ADN, de individuos condenados por asesinato.




ARGUMENTO


«¿Estos tipos no tienen experiencia ante los tribunales y, sin embargo, han presentado una demanda de cien millones contra la tercera empresa farmacéutica más grande del mundo?» (Página 149)

¿Quiénes son estos intrépidos, o mejor sería llamarlos suicidas, abogados? Los tres abogados de Finley & Figg: Finley, Figg y el joven David Zinc.
Hasta ese momento Finley & Figg era un modestísimo despacho de abogados encargado de llevar algún que otro divorcio, pero sobre todo su especialidad es la de caza ambulancias. Sí, como suena. Su despacho está en un degradado barrio de Chicago cerca de un peligroso cruce de calles. El sonido de las ambulancias les avisa de un accidente al que corren presurosos para convencer a los heridos para que los contraten como abogados para poner una demanda por daños.
A los dos socios se une David Zinc, un joven abogado que un día no resiste más la presión de las noventa horas semanales que tiene que trabajar en el prestigiosísimo Rogan Rothberg y lo manda todo a paseo. Tras una impresionante borrachera aparece en la puerta de Finley & Figg, a los que convence para que le contraten.


La rutina del despacho cambia el día en que encuentran el caso de un cliente que ha muerto presuntamente por culpa de los efectos secundarios de un medicamento. Un caso nacional del que su despacho va a ser la punta de lanza. Acaba de empezar la lucha de David contra Goliat, y David salvo en la Biblia, es difícil que gane.



LA NOVELA


Los litigantes es un claro ejemplo del denominado thriler legal. Aunque el género esté otra vez de moda con nuevos autores que han venido a revializarlo tras unos años de capa caída, el máximo exponente de este género, el que lo convirtió en un género leído y demandado por millones de lectores que convertían cada nueva novela en un best seller mundial es John Grisham.
También John Grisham ha tenido unos años de capa caída en los que ha intentado inútilmente escapar del género que le dio fama, dinero y prestigio. Con Los litigantes vuelve al estilo con el que triunfo.
Los litigantes está en la línea de las principales características de lo que ha supuesto la obra de John Grisham: joven e idealista abogado que se enfrenta a una todopoderosa compañía.


David Zinc está efectivamente en esa línea de joven abogado recién salido de la facultad, nada más y nada menos en su caso que de la prestigiosa Harvard, que cree haber cumplido el sueño de su vida al comenzar a trabajar en una de las más prestigiosas firmas de abogados. Una firma a la que si no el alma, si que la ha vendido su vida, pues por no tener tiempo, no tiene ni tiempo para dormir, trabajando más de noventa horas a la semana en un cubículo estudiando complejos contratos financieros. Tras cinco años en lo que denomina la fábrica de esclavos de Rogan Rothberg,David Zinc hatenido el valor de tirarlo todo por la borda.
Otra cosa es que su nuevo trabajo, con dos jefes muy peculiares: el uno alcohólico (aunque lleve casi un año sin beber) y el otro un mujeriego compulsivo, con unos clientes de nulo prestigio, con unos métodos que bordean la legalidad, puedan ser comprendidos por su familia:
«-Suena a un puñado de gentuza.
-La verdad es que no. Son personas reales con problemas reales que necesitan que les echen una mano. Eso es lo bonito de la abogacía, conocer cara a cara a tus clientes y, si las cosas salen bien, poder ayudarlos.»
(Página 161)


Como no, cuenta con una joven esposa que en todo momento le va a prestar su apoyo y su comprensión, pues por encima de todo están enamorados y poder disfrutar de un poco de vida familiar es justo lo que más deseaba. Bueno, lo que ella más desea es un hijo, que tal vez ahora David tenga tiempo y fuerzas para darle.
Frente a ellos una poderosa compañía farmacéutica, la tercera de mayor importancia. Con dinero suficiente como para contratar a los mejores, más prestigiosos y más caros abogados que harán que sea imposible que prospere cualquier pleito contra la compañía. Una compañía que por encima de todo pone los beneficios, sin que la salud de la población parezca importarle mucho salvo para ganar más dinero.

Una visión del peculiar estilo de vida americano, de su sistema judicial, de los pleitos y las demandas contra las grandes compañías a las que se solicitan compensaciones económicas altísimas por daños que no siempre son fáciles de catalogar. Contra las grandes compañías y contra cualquiera al que pueda ponérsele un pleito. Solo es cuestión de contar con un buen abogado.




IMPRESIÓN PERSONAL


Siempre me han gustado los thrilers legales y sin duda en cuanto a mis lecturas John Grisham es el culpable. Pero no es menos cierto que también me gustan casi todas las series televisivas con abogados, con sus peculiares casos, sus juicios, el suspense de los mismos...
Por eso cada nueva novela de John Grisham es para mi una cita pendiente a la que tarde o temprano acudiré, aunque últimamente con menos interés, porque el nivel de las mismas había descendido notablemente.


Los litigantes no está al nivel de El jurado o La tapadera, para mi las dos mejores novelas del autor, pero por lo menos tiene un nivel aceptable, capaz de hacer pasar un rato entretenido a los amantes de este género.

No esperéis en ella grandes novedades, porque no las hay. Sigue el esquema que le ha llevado al éxito: joven abogado harto de una gran compañía sin alma, que se enfrenta a una poderosa multinacional y que en el camino intenta recuperar el espíritu que le llevó a estudiar la carrera de derecho.
También como en las anteriores aprenderemos un poco más del complejo sistema judicial estadounidense, tan diferente a nuestro derecho latino. De ahí que tantas cosas puedan resultarnos muy chocantes.


Una novela entretenida e intrascendente (todas las de John Grisham lo son) pero que permitirá disfrutar a los amantes de este género



Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles



VALORACIÓN: 6/10





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miércoles, 29 de mayo de 2013

GANADORES SORTEO PROMÉTEME QUE SERÁS DELFÍN



Y los ganadores del sorteo de un ejemplar en formato electrónico de Prométeme que serás delfín de Amelia Noguera (la imagen es la de la nueva portada) son:


Davitxu

David Gomez (Bolzano)

Albanta

Cristian Roes

Cartafol

Zulema

Loca DeLos Libros

Cay Oncena

Isabel Macías

Inma

Yurika

Lidia Casado

Zeno Martin

Carax

Margari


No se trata de un error. Todos los que os habíais apuntado al sorteo recibiréis un ejemplar, sin necesidad de sorteo. Todo ello gracias a la generosidad y a la colaboración de Amelia Noguera que será quien os haga llegar los ejemplares.

La única condición es vuestro compromiso a hacer una reseña de dicho libro. 

Es necesario que antes del domingo día 2 de Junio a las 12 horas me hagáis llegar vuestro correo electrónico a pedroesantosh@yahoo.es para poder haceros llegar dicho ejemplar y poder organizar la lectura conjunta.
He pensado que las reseñas sean de lunes a viernes (si alguno quiere  ponerlas en sábado o domingo no hay problema) y comenxarían el lunes 24 de Junio y terminarían el martes 16 de julio, pues además de los quince ganadores, Laky y Teresa se habían apuntado a la lectura conjunta.

Sé que Junio es un mes muy cargado de actividades, por lo que en realidad nos vamos más bien a Julio. Tenéis tiempo sobrado, pues la novela son el equivalente a 160 páginas y se lee muy rápido.
Por supuesto es compatible con otros retos (como el de el mes de la novela negra), por lo que si alguno quiere publicar antes del 24 de junio tampoco hay problema de empezar antes.


Enhorabuena a todos y que disfrutéis de la lectura.

                   



lunes, 27 de mayo de 2013

METALITERATURA: LIBROS SOBRE LIBROS



Aunque no siempre lo practiquen, los editores tienen fórmulas que con un mínimo de promoción les permite un éxito de ventas casi seguro (falta el casi). Una fórmula infalible es una buena dosis de sexo entre sus páginas (no hay más que ver el éxito arrollador de Grey con sus sombras).

Otra, al estilo Dan Brown, es mezclar misterios históricos con bellos escenarios, mucha acción y una buena dosis de anticatolicismo. No otra cosasson El código da Vinci o Ángeles y demonios.

Otra fórmula, aunque para aplicarla es necesario alguien que sepa escribir medianamente bien y haya leído un poco, es hacer un poco de metaliteratura: convertir libros o literatura en los protagonistas de la novela. Es lo que he denominado menos técnicamente libros sobre libros
En este post os ofrezco unos cuantos ejemplos de este subgénero. Hay más, muchos más, pero aquí sólo cito libros que he leído, por lo que seguramente vosotros tendréis otros ejemplos que muy bien podéis añadir en los comentarios. Seguro que alguno de los que ponéis lo he leído y se me ha pasado por alto, por lo que sin ningún rubor lo añadiré actualizando este post.
Son libros que transmiten amor y pasión por la literatura, por los libros, por la palabra escrita. Libros de todo tipo, porque pueden versar sobre autores, bibliotecas, librerías o tener un libro conocido como protagonista.



Algunos ejemplos de esta literatura son:

- El cuento números trece de Diane Setterfield, con la novela del siglo XIX como protagonista.


- Firmin la rata bibliófila y bibliobulímica de Sam Savage.



- Un final feliz de Mathew Qucik nos plantea el dilema Ooptimismo frente a pesimismo en la literatura. ¿Debe la literatura inclinarse en uno u otro sentido? Porque si consideramos la lectura como una actividad evasiva, probablemente lo que menos busquemos como lectores o espectadores sea terminar una lectura con una sensación de tristeza, que demasiado mal van las cosas como para encima deprimirnos más en nuestras actividades lúdicas.


Da un pequeño repaso a algunas de las novelas que se enseñan a los estudiantes estadounidenses. Un vistazo a algunos de sus autores como Hemingway en los que el pesimismo es su nota predominante. Que se suicidara no es raro como piensa el protagonista con semejante pesimismo.


- La ladrona de libros de Markus Zusak, ambientada en la Alemania nazi y cuya protagonista roba un libro aún antes de saber leer, algo que marcará su interés por aprender a leer. Toda una pasión devoradora de libros la de esta niña.


- Imprenta Babel de Andreu Carranza es todo un ejemplo del amor a los libros (y al ser un autor español con una visión muy cercana a la nuestra) y a un oficio, el de impresor, que los hace posibles.


- Ladrones de tinta de Antonio Mateo Sagasta nos lleva a Madrid y a la publicación por parte de Avellaneda de una segunda parte del Quijote.


- El Club Dumas de Arturo Pérez-Reverte nos presenta el mundo de los bibliófilos de la mano de Lucas Corso, un cazador de libros por cuenta ajena.


- Las aventuras de un libro vagabundo de Paul Desalmand, nos presentan todo el recorrido de un libro desde su nacimiento en la imprenta, hasta su muerte.




- Un papel muy destacado juegan los libros en la serie de Carlos Ruiz Zafón con su cementerio de los libros olvidados. Una librería en torno a la cual transcurre la vida de sus protagonistas en la archifamosa La sombra del viento o en El prisionero del cielo.

En El juego del ángel, la segunda entrega la librería no tiene ese papel protagonista, pero si los libros, pues es el proceso de la escritura de un libro y la venta del mismo, la que transforma el alma del protagonista de la novela.


- Los ojos amarillos de los cocodrilos de Katherine Pancol es otra vuelta de tuerca sobre el tema anterior, pues nos habla del proceso de creación de un libro, más concretamente de una novela histórica, por más que dicha novela sea un recurso de la autora.



- La serie del Capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte, siempre se ha considerado como una novela histórica de aventuras. Pero es mucho más que eso. Es todo un repaso a la literatura de aquella época. No solo por la preencia de Quevedo como protagonista en muchos de los lances, con lo que sus poemas estáns siempre muy presentes, sinoporque se incluyen citas de muchospoetas de aquella época.


- Farenheit 451 de Ray Bradbury es un clásico imperecedero. Es la historia de los hombres libro, personas que se aprenden un libro de memoria para evitar su desaparición, pues todos los libros son quemados por las autoridades. Auténticos resistentes de la sabiduría.


- La bilbiotecaria de Austwitch de Antonio G. Iturbe. La historia de una niña en en el campo de exterminio de Auswitch, de una niña y su amor por los libros, pues es la encargada de proteger y prestar siete libros. Un tesoro incalculable en un lugar en que la tenencia de un libro supone la muerte.




- El lector de Bernhard Schlink, otra interesantísima propuesta sobre la lectura y el amor a los libros. Porque ¿es necesario leer para amar los libros? ¿Acaso un ciego aunque no pueda leer no puede amar los libros?
A fin de cuentas no se trata del hecho de leer en si, sino del contenido de los libros, de sus palabras, de los sentimientos que contienen las mismas, de las emociones que transmiten, de los conocimientos que aportan. 



Entre los libros con un autor como protagonista, lo cual no quiere decir que aparezca como tal en la novela, sino que gira en torno a su persona o su obra, Mathew Pearl parece haberse especializado en el tema. Nos ha demostrado su amor por los libros, dedicando cada uno de los que ha publicado a lo obra de un autor, desde El Club Dante (Dante Alighieri), La sombra de Poe (Edgar Alan Poe) y El último Dickens (Charles Dickens).



Aunque no hace falta irse muy lejos para encontrar un ejemplo, pues Almudena Grandes nos ha dejado dentro de sus Episodios Nacionales El lector de Julio Verne. El título no engaña. El protagonista se convierte en un ávido lector de las novelas de Julio Verne, haciendo Almudena un especial hincapié en Miguel Sgrogoff.





Podemos encontrar libros que giran en torno a una novela concreta. Es el caso de:

- El Señor Pip de Lloyd Jones, con Charles Dickens y su libro Grandes esperanzas como eje central.



- El mapa del tiempo de Félix J. Palma que toma como partida a H. G. Wells y su libro La máquina del tiempo.


- El mapa del cielo de Félix J. Palma es la continuación del anterior y en él el libro gira en torno a otro libro de H. G. Wells: La guerra de los mundos



En realidad los dos libros podríamos incluirlos también en aquellos que toman la vida de un autor, aunque en este caso lo hace de un modo totalmente fantasioso.




Hay bastantes ejemplos de libros con librerías como protagonistas, aunque solamente me viene a la memoria uno que yo haya leído:


- Libros de Luca de Mikel Birkegaard, título que no hace referencia a un autor sino al nombre de una librería.


- Y entonces sucedió algo maravilloso de Sonia Laredo, que transcurre en torno a una librería: Locus Docendi, en un pueblo apartado en el camino de Santiago a la que llega una editora de libros en paro, que busca rehacer su vida.


Aunque parezca una apuesta segura, no está exenta de riesgos porque si una novela gira en torno a un libro que no conoces, o es muy clara la exposición de dicha novela o como lector es muy posible que te sientas perdido y decaiga el interés por la novela que estás leyendo.
Y no digo nada si empiezan a citarte libros que no conoces de nada, como ocurre en La elegancia del erizo,de Muriel Barbery, una de cuyas partes más pesadas es precisamente la que dedica a la literatura.


Todo la reflexión anterior viene a cuento de la publicación de Y entonces sucedió algo maravilloso de Sonia Laredo. Una novela que reúne varios de los puntos anteriores, pues es la historia de una editora de libros (aunque no se explaya sobre esta importante fase de la creación de un libro), que termina trabajando en una peculiar librería de un pequeño pueblo en medio de la nada pero por el que pasan los peregrinos del camino de Santiago. Además de numerosas citas literarias, hay numerosas reflexiones sobre libros. ¿Conocidos? Conocidísimos, pues buena parte de los cuentos infantiles desfilarán de un modo u otro por las páginas de esta novela

AVANCE DE LA SEMANA (14)

Empiezo una semana con la que se acaba Mayo y comienza Junio, un mes muy cargado de actividades lectoras en la blogosfera.

El martes no publicaré ninguna reseña. Os traeré una entrada muy particular: Metaliteratura (libros sobre libros)



El miércoles publicaré el listado provisional del sorteo de cinco libros de Prométeme que serás delfín de Amelia Noguera.


Tienes hasta el martes 28 a las 23:59 hora peninsular para apuntarte. Las bases AQUÍ



El jueves un thriler legal, o así los denominan, de la mano del maestro del género: John Grisham. Es su última novela: Los litigantes.



 
El viernes la segunda entrega de la trilogía de Félix J. Palma. Una novela que me encantó: El mapa del cielo




El sábado conoceremos los afortunados en el sorteo de Prométeme que serás delfín, del que estáis viendo la última portada. A mi me gusta mucho más que la anterior.








 Para domingos de cine, y ya que hemos tenido un poco ce thriler legal, una variación del mismo mucho más próximo a la novela negra: El inocente, de John Connolly

domingo, 26 de mayo de 2013

LA GUERRA DE LOS MUNDOS (H. G. WELLS)


El dìa que los marcianos invadieron la tierra

FICHA TÉCNICA

Autor: H. G. Wells
Título: La guerra de los mundos
Editorial: Anaya
5ª Edición Septiembre 1989
Páginas: 224
Ilustración: Mario Lacoma 










Como soy un lector voraz, aunque solo sea por la edad, llevo ya unos cuantos cientos (más bien un par de miles por lo menos) de libros leídos. Llega un momento en que con determinado tipo de libros, especialmente si se trata de clásicos, que tienes dudas de si los has leído o no. Si se trata de un clásico de ciencia ficción, las dudas se acrecientan, porque esa debió ser una lectura de juventud. Pero si te sabes el argumento de arriba abajo, por lo menos en los puntos fundamentales, las dudas parecen disiparse y mi memoria está convencida de que “por supuesto” he leído el libro.
Ese es el caso de La Guerra de los Mundos de H. G, Wells. Estaba convencido de haberlo leído. Hasta que lo he hecho. El estilo del libro me ha resultado en algunos aspectos tan chocante, que me he dado cuenta de que en realidad no lo habñia leído. Pero claro, hay tantas versiones del mismo, desde las más clásicas como la estrenada en el año 1953, a la más reciente del 2005 dirigida por Spielberg y con Tom Cruise como protagonista.


De entrada, sabía que la versión cinematográfica realizada por Spielberg necesariamente se aleja bastante del original, empezando porque la acción salta de Inglaterra a Estados Unidos (faltaría más), porque al protagonista le endosan una familia, con hijos incluidos con la que huye de la destrucción y siguiendo por la invulnerabilidad de las máquinas, rodeadas de un campo de fuerza que las convierte en indestructibles. Pero es que la primera versión cinematográfica también se aparta bastante del libro, cosa que descubrí al leer este, pues en ningún caso las máquinas de guerra son  levitantes, ni disparan el rayo calórico por medio de un ojo móvil en forma de cobra. Desaparecen también algunos elementos muy importantes en la novela, como el humo negro o la hierba roja (esta última si está en la versión de Spielberg), ni aparecen muchas de las máquinas que utilizan los marcianos y además se les ataca con una bomba atómica (aun que falle el intento), como si fueran indestructibles, mientras que en la novela se demuestran vulnerables a simples piezas de artillería. Definitivamente, no había leído La Guerra de los Mundos.


ARGUMENTO




«Nadie hubiera creído, en los últimos años del siglo XIX, que a nuestro mundo lo observaban minuciosamente inteligencias mayores que las del hombre, aunque mortales como él; que, mientras los hombres se ocupaban de sus diversos asuntos, alguien los vigilaba y los estudiaba, quizá tan detalladamente como un hombre con un microscopio podría vigilar a las pequeñas criaturas que medran y proliferan en una gota de agua. Con infinita complacencia, los hombres fueron de un lado a otro por el planeta ocupándose de sus pequeños asuntos, seguros de su dominio sobre la materia. Tal vez los microbios que vemos al microscopio hacen lo mismo. Nadie pensó que los mundos más antiguos del espacio pudieran ser fuente de peligro para la humanidad. Sólo pensamos en ellos para desechar la idea de que pudieran albergar vida. Es extraño recordar los hábitos mentales de aquellos días. Cuando mucho, los hombres se imaginaban que en Marte vivían otros hombres, quizá inferiores a ellos y dispuestos a recibir emisarios terrestres. Pero a través de las enormes distancias espaciales, unas mentes que son a las nuestras como las nuestras a las de las bestias, unos intelectos vastos, fríos y crueles, miraban a la Tierra con envidia, y, lenta pero inexorablemente, fraguaron planes contra nosotros. Entonces, a principios del siglo XX, se produjo la gran revelación.»


Así comienza la novela, con esa imagen de una humanidad autocomplaciente y que no sabe lo que se le viene encima. Porque en el planeta Marte se han visto una explosión que se repite durante diez días seguidos a la misma hora. Nadie puede imaginar que esa explosión es el resultado del lanzamiento de un gran objeto desde Marte a la Tierra que va a dar al sur de la campiña londinense.
Un fenómeno que aunque poco frecuente no es extraño, si no fuera porque el objeto que ha caído es un gran tubo metálico del que empiezan a salir seres y máquinas de otro mundo que se dedican a sembrar el caos, la destrucción y la muerte a medida que van avanzando.
A ese primer objeto van sucediéndose en días sucesivos, el resto de los objetos que fueron lanzados desde el planeta Marte.
A pesar de que el ejército pone todo su empeño, las armas humanas se revelan pronto incapaces de detener el avance de dichos seres. La especie humana está condenada a la destrucción, al sometimiento a esos seres venidos de otro mundo.

«Esto no es una guerra. No lo ha sido nunca, como no puede haber guerra entre los hombres y las hormigas.»




LA GUERRA DE LOS MUNDOS


Al terminar de leer el libro, volví a fijarme en el pasaje inicial que os he puesto. Y es que en él está todo el germen del libro, el principio y el final (que aunque me imagino que todos sabéis, no voy a destripar)

Creo que es importante destacar que esta novela se publico en 1898, hace ya más de cien años, por lo que evidentemente muchas de las afirmaciones científicas que en ella se hacen, sabemos hoy día que son imposibles, como por ejemplo la existencia en Marte de un tipo de vida como la que se nos describe.
Pero no es menos cierta que si en el texto que os he dejado se suprime la palabra Marte, la reflexión sigue siendo válida hoy en día. Que seguimos afanados en nuestras tareas diarias, pensándonos únicos en el Universo, cuando lo más probable es que no sea así, que no es imposible que un día no pueda tener lugar un encuentro con seres de otros mundos. Y lo más probable es que el contacto pudiera resultarnos tan caótico como lo fue para aquellos habitantes del sur de Londres que nos muestra la novela.
Baste si no con ver el resultado del experimento que Orson Wells realizó precisamente con esta novela, leyendo párrafos en un supuesto programa normal, como si la noticia de la invasión de la Tierra por seres de otro mundo estuviese sucediendo realmente.

Corremos el riesgo de quedarnos clavados en los aspectos científicos (precisamente porque hoy sabemos que en su mayoría son falsos) o en la propia aventura. Porque en realidad La Guerra de los mundos tiene un mensaje que va mucho más allá de una novela de ciencia ficción, el mensaje que quería transmitir en su día H. G. Wells y que en gran medida sigue siendo válido. 


La guerra de los mundos es ante todo un alegato contra la colonización, o dicho de otra manera contra el modo de vivir la vida el imperio británico. Los marcianos serían el imperio británico que allá donde llegan no miran nada y acaban con todo aquello que les estorbe, como un hombre que pisa un hormiguero que le molesta en su camino, para hacerse dueño de las tierras, tierras con las que agrandar el imperio. Los marcianos no hacen sino repetir la misma actitud que los ingleses han tenido a lo largo del mundo ¿de qué quejarse entonces?
La victoria de los marcianos nada tiene de particular. No se trata de que sean más inteligentes, sino de su gran superioridad tecnológica. Exactamente las mismas razones que han permitido al imperio británico, y en general al resto del mundo occidental, hacerse con sus colonias, gracias a su incomparable superioridad armamentística y tecnológica



Extrapoladlo a nuestros días: Los marcianos son los mercados, que han aterrizado entre nosotros sin que sepamos muy bien de dónde vienen, para apoderarse de todo, para tomar nuestra sangre (algo que finalmente se descubre en la novela) y vivir gracias a ella. Al pueblo solo le queda esconderse como las hormigas, quitarse del camino de los mercados, no llamar la atención, con el fin de intentar seguir sobreviviendo. Porque oponerse a ellos es imposible.
Hay algunos detalles de la novela que llaman la atención, como por ejemplo el humo negro, un antecedente del empleo de gases tóxicos para acabar con la vida, algo que se realizaría algo menos de veinte años después en la Primera Guerra Mundial. Muy llamativo también ese rayo calórico, esa fuente de luz que abrasa, en el que podríamos ver un anticipo del rayo láser.

No deja de resultar curioso el corto número de personajes que aparecen en la novela, máxime si se tiene en cuenta que alguno de los que aparece como el hermano, es una estrategia del autor para mostrarnos lo que está ocurriendo en otras zonas con los marcianos mientras su protagonista está oculto durante casi dos semanas en una casa semienterrada.
No solamente son pocos los personajes, sino que no se profundiza en ellos. Son meros instrumentos para mostrarnos los hechos que acaecen, para continuar adelante con la acción, para mostrarnos el caos y el terror producido por la llegada de los marcianos. Pero nada sabemos de lo que realmente piensan, de cómo son. Solo sabemos cómo actúan. 





IMPRESIÓN PERSONAL


He leído ese libro como paso previo a la lectura de El mapa del cielo, un libro de Félix J. Palma que tiene su origen precisamente en este libro de H. G. Wells. Lo que pensaba que era una relectura no ha resultado finalmente ser tal, puesto que he descubierto que nunca había leído este libro.

He de decir que ha supuesto una sorpresa, porque no ha resultado ser como yo esperaba. Por una parte me ha sorprendido el estilo, más complejo de lo que esperaba, con una ausencia de descripción de los personajes que en otro caso criticaría a fondo diciendo que son unos personajes de cartón piedra, meros estereotipos. Pero cuando lo pensé a fondo vi que tampoco era así, pues no es casualidad que los personajes sean así, pues no se trata de una historia de personajes. ¿Eres capaz de distinguir una hormiga de otra en un hormiguero? Yo por lo menos no, y quizás ese sea la realidad de los personajes, meras hormigas en el hormiguero humano, parte de una totalidad que se mueve en una dirección determinada. Lo que les ocurra no deja de ser una anécdota en el trascurrir de la gran historia de la humanidad. Su vida es una gota en el océano.

Y aunque antes no he empleado esa palabra, lo haré ahora: el estilo es un tanto farragoso en algunos momentos. Y sin embargo da un poco igual, porque otra de las características de este libro es que finalmente tiene más importancia lo que cuenta que cómo lo cuenta.
Sorprende su visión del mundo hace ya más de cien años, esa idea del choque de civilizaciones, pues no de otra cosa se trata con un desenlace inevitable: la victoria del que tiene mayor capacidad tecnológica. Distinto es que la victoria final venga por otro derrotero, con un final que es en sí mismo una gran idea.
Hasta tal punto es un libro adelantado a su época, que es el origen de toda la literatura de ciencia ficción relacionada con el encuentro entre mundos. Podrás actualizar los hechos, darles una mejor cobertura científica o tecnológica, pero en el fondo todos los libros (y las películas) terminan bebiendo de esta fuente original.Por eso es una lectura muy recomendable. Seguro que no es éste el mejor libro de H. G. Wells, pero nadie puede quitarle el mérito de haberse adelantado a sus tiempos, haber servido de inspiración a muchas generaciones posteriores y ser conocido (bien que a través de versiones cinematográficas) por gente que nunca ha leído un libro.

Son pocas páginas (en torno a doscientas) y podéis encontrar este libro en cualquier biblioteca y gratis (y legal) en los principales servidores para ebook. Buscad un hueco para su lectura.

Es una edición antigua la que he leído y tiene algo que de momento no tiene el libro electrónico: una estética diferente, pues el texto va acompañado por unas peculiares ilustraciones que complementan la lectura del libro. Por eso en los datos técnicos agrego la edición de la que se trata.


Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles


VALORACIÓN: 9/10







LAS PELÍCULAS




Sí, en plural, porque aunque cuando anunciaba en mi avance que iba a hablar del libro y la película sobre La Guerra de los Mundos en vuestros comentarios hacías referencia a la versión de Tom Cruise (del año 2005), hay una versión muy anterior del año 1950 que fue hasta hace menos de una década la referencia al hablar del libro.

Dicha versión es un clásico del cine, una película muy en la línea de aquel cine B de los años cincuenta, imbuido por el espíritu de la guerra fría, en la que la invasión o el peligro ruso era sustituido por invasores alienígenas.

Por supuesto era una versión con unos efectos especiales que nada tienen que ver con los que podemos ver en cualquier película de hoy día, y eso que la nueva versión aún no era en 3D. Da igual, porque lo importante no son esos efectos especiales, ni ver como eran las máquinas (muy parecidas a las que nos describían en el libro o en alguna de las versiones ilustradas del mismo) o como eran los alienígenas que las pilotaban. Lo importante es la historia humana que hay detrás, el pánico de una población que se ve sorprendida por un ataque que amenaza con destruir la humanidad. Un ataque contra el que todos los avances científicos y militares del planeta no pueden hacer frente.

No será finalmente la grandeza del hombre, sino los más humildes habitantes de nuestro planeta los que pondrán fin a la invasión, en una lección de humildad que pasados los años parece no haber sido asimilada todavía por la humanidad.




Si no habéis visto esa versión, mucho más fiel por otra parte al libro, os aconsejo que no os la perdáis. Tiene algo que falta en el cine de hoy día: ese toque de ingenuidad y humanismo.

Porque en la versión de 2005, todo lo que de positivo tenía la primera se ha perdido. Se ha actualizado la fecha de la acción, sin que eso suponga ninguna ventaja y se basa únicamente en dos puntos: los efectos especiales y la presencia de Tom Cruise.

Es cierto que hay un público para el que los efectos especiales de una película lo son todo. Pero yo considero que son sólo un complemento al servicio de una buena historia. Si una película tiene que basar toda su grandeza en los efectos especiales... malo, muy malo.

Y si el otro punto fuerte de esta nueva versión es la presencia permanente de Tom Cruise... Qué queréis que os diga. Yo lo tengo atravesado y esta película no pasará desde luego a engrosar su currículum de actor, si es que como tal puede considerarse el pasarse toda la película corriendo y poniendo caritas.



En fin, os dejo con los trailers de las películas.








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