Saltando las barreras que impiden la convivencia
Título: Criadas y señoras
Autor: Kathryn Stockett
Editorial: MAEVA
Encuadernación: Tapa blanda
Título original: The help
Páginas: 512
PVP: 20 €
Edición de bolsillo: 10 €
Encuadernación: Tapa blanda
Título original: The help
Páginas: 512
PVP: 20 €
Edición de bolsillo: 10 €
Éste era uno de
esos libros que estaba ansioso por que llegara mi turno para leerlo, primero
por los maravillosos comentarios y recomendaciones que de él había leído. Una
ansiedad que aumentó cuando vi que Criadas y señoras conseguía hacer
renunciar a mi mujer, como os he comentado en otras ocasiones una crítica
implacable poco dispuesta a dejarse cautivar por cualquier lectura,a su
programa favorito.¡Eera capaz de no ver Pasapalabra!, el único programa
que ve en televisión, para seguir leyendo.
«¡Qué película más buena podría salir de este libro!» me decía. Un comentario reservado a muy pocas novelas De hecho he podido leer que Dreamworks tconvitrió la película en libro. Pero esa es otra historia.
«¡Qué película más buena podría salir de este libro!» me decía. Un comentario reservado a muy pocas novelas De hecho he podido leer que Dreamworks tconvitrió la película en libro. Pero esa es otra historia.
KATHRYN STOCKETT
La autora del libro es Kathryn Stockett. ¿Que no te suena? Normal, pues salvo sus familiares y amigos, pocos más podían conocer a Kathryn Stockett antes de la publicación de Criadas y señoras, que es su primer libro.
Kathryn.Stockett sabe de lo que nos habla en esta novela, pues nació (en 1969) y se crió en Jackson, Mississippi, donde al igual que ocurre en el libro y como en tantas familias de la zona, fue criada por una sirvienta (iba a decir criada pero resultaría redundante) negra.
Sin embargo como ella misma dice «me da vergüenza confesar que tardé veinte años en darme cuenta de cómo era la situación en mi infancia. Demetrie (la sirviente negra que la crió) era parte de mi familia, pero usaba un aseo fuera de.la casa».
De esta experiencia provienen algunos de los pasajes de este libro. Alucinante, increíble, esa historia de la colocación de aseos fuera de la casa para uso exclusivo del servicio, porque de todos era conocido que los negros no paran de transmitir infecciones y compartir los aseos era un riesgo inaceptable.
CRIADAS Y SEÑORAS: LA NOVELA
* Argumento
Pese a ser la novela de una debutante, en apenas dos semanas se había colocado ya en las listas de libros más vendidos y en dos meses vendió doscientos cincuenta mil ejemplares, clara señal de que algo ha de tener este libro para cautivar al público.
Nos va a contar la
historia de Skeeter, una chica de veintidós años, que tras terminar sus
estudios en la Universidad de Mississippi, regresa a su casa en el pueblo de
Jackson. Pero no quiere regresar para convertirse en lo que su madre y muchas
de sus amigas esperan de ella, en un ama de casa casada con un buen partido y
con tiempo para disfrutar de sus amigas. No, ella quiere otra cosa, ella quiere
trabajar. Y lo que más le atrae es la escritura.
Por eso se anima a presentarse en el periódico local, donde consigue trabajar por un mísero sueldo (la verdad es que el dinero es lo de menos pues vive del dinero que le dan sus padres con los que vive) redactando una columna de consejos prácticos para la casa, algo de lo que no tiene ni la más mínima idea. No por ello renuncia a esa oportunidad, por lo que tiene la ocurrencia de servirse de la ayuda de Aibileen, la criada negra de una de sus amigas.
Pero la relación que comienza como algo transitorio y únicamente por sacar adelante una columna personal, termina derivando a una relación personal mucho más profunda, a darse cuenta de que el mundo de relaciones en el que vivía no es real, que junto a los ricos, hay seres humanos que los están sirviendo y que también tienen sentimientos.
Todo ello derivará en un gran proyecto: escribir un libro. Un proyecto que puede costarle la vida a todos los que participan en él.
Por eso se anima a presentarse en el periódico local, donde consigue trabajar por un mísero sueldo (la verdad es que el dinero es lo de menos pues vive del dinero que le dan sus padres con los que vive) redactando una columna de consejos prácticos para la casa, algo de lo que no tiene ni la más mínima idea. No por ello renuncia a esa oportunidad, por lo que tiene la ocurrencia de servirse de la ayuda de Aibileen, la criada negra de una de sus amigas.
Pero la relación que comienza como algo transitorio y únicamente por sacar adelante una columna personal, termina derivando a una relación personal mucho más profunda, a darse cuenta de que el mundo de relaciones en el que vivía no es real, que junto a los ricos, hay seres humanos que los están sirviendo y que también tienen sentimientos.
Todo ello derivará en un gran proyecto: escribir un libro. Un proyecto que puede costarle la vida a todos los que participan en él.
* Estilo y otros detalles
Hay un punto que
irremediablemente no voy a poder juzgar, porque lo que he leído no es la novela
original sino la traducción, algo que en este caso cobra sin duda mucha
importancia, porque tendré que fiarme de la habilidad del traductor para
mostrarnos lo que es un dialecto, un habla muy peculiar como el de las criadas
sureñas, algo que sólo podrán disfrutar los que dominen el inglés.
No sé si será un topicazo la solución que ha dado el traductor, recurriendo a acortar las palabras suprimiendo letras finales y acentuándolas, pero por lo menos nos da un doble nivel de lenguaje, el de la gente fina, y el de la gente llana del pueblo.
No sé si será un topicazo la solución que ha dado el traductor, recurriendo a acortar las palabras suprimiendo letras finales y acentuándolas, pero por lo menos nos da un doble nivel de lenguaje, el de la gente fina, y el de la gente llana del pueblo.
Otro punto por lo menos curioso del libro, es que igual que estamos acostumbrados aunque no abunden a ver películas que nos muestran la creación de una película (cine dentro del cine), no recuerdo yo ninguna novela que trate sobre la creación de un libro que es justamente el que tenemos en nuestras manos. No me estoy refiriendo al típico libro en que el protagonista nos hace llegar sus memorias o en el que se nos muestra un manuscrito que alguien encontró y narra las peripecias de un protagonista.
No, aquí en el fondo es un libro sobre cómo llegó a escribirse Criadas y señoras. Y aquí encontré un detalle curioso, porque originalmente el libro tiene otro nombre: The help, la ayuda. No sé si con esto quería referirse la autora al socorro que las mujeres se dan entre sí, o “La ayuda” hace referencia a las propias criadas, porque no sé si es válida en Estados Unidos la frase que aquí utilizamos a veces para designar al servicio doméstico como “la mujer que viene a ayudarme a casa”.
Pensaba que como en múltiples ocasiones, los editores se habían sacado de la manga un nombre, así como una portada que no me parecía de lo más adecuada, pues si leéis el libro, veréis como parece mucho más adecuada una tarta. Y sin embargo, todo obedece a una cita del propio libro, en el que describe cómo es la portada del libro:
«La portada es de un suave color pastel, y en ella parece un plato de galletas, como los que suelen tomar nuestras señoras con el té. El título, Criadas y Señoras, aparece en la cubierta con llamativas letras rojas» (Página 422)
* Personajes
Criadas y
señoras está narrado en
primera persona, si bien no se trata de un narrador, sino de tres narradoras,
las tres mujeres protagonistas del libro, que una detrás de otra nos van
contando los acontecimientos siempre desde su punto de vista, pues los hechos
afectan a cada una de una manera.
- Miss Skeeter
Su verdadero nombre es pero, no nació hermosa y su hermano Carlton nada más verla dijo:
«No es un bebé, ¡es un Skeeter! Y desde entonces se me quedó el nombre. Vine al mundo alta, con las piernas largas y delgadas como las de un mosquito». Skeeter es un término coloquial que significa “mosquito” y se utiliza para referirse a las personas muy delgadas (N del T) (Página 66).
Un metro ochenta era mucha altura para aquella época y eso unido a cierto aire desgravado la hace sentirse acomplejada en sus relaciones con el sexo opuesto, para desesperación de su madre que lo único que quiere es verla casada.
No deja de ser un alterego de la autora del libro, que llega a darse cuenta de que la realidad no es como siempre la había visto.
Su verdadero nombre es pero, no nació hermosa y su hermano Carlton nada más verla dijo:
«No es un bebé, ¡es un Skeeter! Y desde entonces se me quedó el nombre. Vine al mundo alta, con las piernas largas y delgadas como las de un mosquito». Skeeter es un término coloquial que significa “mosquito” y se utiliza para referirse a las personas muy delgadas (N del T) (Página 66).
Un metro ochenta era mucha altura para aquella época y eso unido a cierto aire desgravado la hace sentirse acomplejada en sus relaciones con el sexo opuesto, para desesperación de su madre que lo único que quiere es verla casada.
No deja de ser un alterego de la autora del libro, que llega a darse cuenta de que la realidad no es como siempre la había visto.
- Aibileen
Es la encargada de cuidar de Mae Mobley, la niña de Miss Leefolt, amiga de Miss Skeeter. Lo suyo es vocacional, pues a sus cincuenta y tantos años, ya ha tenido diecisiete hijos, porque como a tales considera a todos los niños que ha cuidado, o sería más correcto decir, que ha criado. Suyos no tuvo más que uno que murió en un accidente, por lo que aún se vuelva más en los críos que cuida.
Pero no se queda en ninguna de las casas en las que ha criado niños, pues no soporta ver cómo cuando crecen se transforman en lo mismo que sus padres y todo el amor que la manifestaron, por encima de barreras culturales y raciales, se viene abajo en un mundo cargado de prejuicios.
Una auténtica maestra con los niños: «Se me daba bien hacer que los niños sse sintieran orgullosos de si mismos» (Página 165)
- Minny
Una mujer que es todo carácter, lo cual no para de traerle problemas al no poder contener la lengua frente a sus empleadoras. Pero esa fuerza de carácter se disuelve como un azucarillo frente a su marido, que la maltrata.
Se ve envuelta en una angustiosa situación cuando le es negado el trabajo en la ciudad al correrse la voz de que es una ladrona, por lo que solo puede finalmente trabajar en casa de una blanca que también es marginada por el resto de la comunidad por no ser de allí y vivir de otra manera.
IMPRESIÓN PERSONAL
La acción
transcurre como dice en la contraportada y en todas las sinopsis que podéis
encontrar, a principios de los años sesenta. Claro que mi primera cuestión fue
¿De qué años sesenta, 1960 ó 1860? La
situación que se nos cuenta es tan increíble, que no parece propia de finales
del siglo XX, sino muy anterior. Por lo menos increíble desde nuestra
realidad española, en que las criadas sí, serían las chachas y habría clasismo,
pero no toda una serie de leyes raciales intentando conseguir una separación
absurda, colas para blancos, colas para negros, asientos para blancos, asientos
para negros…
Y lo más absurdo de todo es que aquellos negros a los que separaban porque podían transmitirles todo tipo de enfermedades, aquellos negros que despreciaban, eran al mismo tiempo a los que confiaban la educación y el cuidado de sus hijos ¿?
Y lo más absurdo de todo es que aquellos negros a los que separaban porque podían transmitirles todo tipo de enfermedades, aquellos negros que despreciaban, eran al mismo tiempo a los que confiaban la educación y el cuidado de sus hijos ¿?
Cito algunas de las
leyes que se citan en el libro, provenientes de Compilación de Leyes de Jim
Crow para los estados del Sur y que estuvo vigente hasta 1965 en algunos
estados del sur. Como dice la autora en el libro, «las leyes no son
amenazantes ni amistosas, simplemente describen la realidad» (Página 190)
-Nadie puede pedir a una mujer blanca que amamante a su hijo en salas o habitaciones en las que se encuentre un negro.
-Una persona blanca sólo puede contraer matrimonio con alguien de su misma raza. Cualquier unión conyugal que viole esta prerrogativa, será considerada nula
-Ningún peluquero de color puede cortar el pelo a mujeres o niñas blancas.
-El oficial al cargo no puede dar sepultura a una persona de color en terrenos que han servido de enterramiento a personas blancas.
-Las escuelas para negros y para blancos no pueden intercambiar libros. La raza que primero usó unos libros, deberá seguir usándolos.
-Nadie puede pedir a una mujer blanca que amamante a su hijo en salas o habitaciones en las que se encuentre un negro.
-Una persona blanca sólo puede contraer matrimonio con alguien de su misma raza. Cualquier unión conyugal que viole esta prerrogativa, será considerada nula
-Ningún peluquero de color puede cortar el pelo a mujeres o niñas blancas.
-El oficial al cargo no puede dar sepultura a una persona de color en terrenos que han servido de enterramiento a personas blancas.
-Las escuelas para negros y para blancos no pueden intercambiar libros. La raza que primero usó unos libros, deberá seguir usándolos.
¿Lectura para mujeres? Lo cierto es que llevo una racha en que parece que vienen a mis manos este tipo de libros. Mi consejo es: deja que salga el lado femenino de tu personalidad y disfruta de la sensibilidad de estas autoras.
Y es precisamente en este punto en el que encuentro el fallo más significativo de esta novela: la ausencia de personajes masculinos relevantes. Es un fallo que comparten este tipo de novelas Lo que me queda por vivir de Elvira Lindo, El jardín Olvidado de Kate Morton, libros con unos personajes femeninos de gran personalidad y perfectamente descritos, pero en que los personajes masculinos brillan por su ausencia o lo poco que aparecen son totalmente negativos.
En algunos momentos, Criadas y señoras parece estarse desarrollando en una sociedad sin hombres, o en la que éstos sólo tienen un papel reproductor o de llevar dinero a casa. Apenas aparece el padre de Skeeter, el marido de Minny sólo brevemente y como un maltratador, el novio de Skeeter es en realidad un egoísta y narcisista que sólo mira por sus intereses sociales, y los maridos de las mujeres que contrataron a las dos negras protagonistas, casi ni existen.
Otro de sus defectos es un cierto maniqueísmo, pues las mujeres o son muy malas o son muy buenas.
Quedan no obstante
estos defectos compensados por las otras virtudes de la novela.
Como por ejemplo el
optimismo y el sentido del humor que destilan algunos de sus personajes:
- «¡Estos blancos! ¡Todo el santo día preocupándose de si son felices!» (Página 58)
- «¡Había leío un libro que se llamaba El Hombre invisible. Cuando lo terminó, dijo que iba a escribí sobre como es la vida de un negro que trabaja pa los blancos en Mississippi» (Página 58)
- «¡Estos blancos! ¡Todo el santo día preocupándose de si son felices!» (Página 58)
- «¡Había leío un libro que se llamaba El Hombre invisible. Cuando lo terminó, dijo que iba a escribí sobre como es la vida de un negro que trabaja pa los blancos en Mississippi» (Página 58)
Pero sobre todo, a
pesar de lo duros que podrían ser los hechos que se nos cuentan, prevalece el
optimismo, un claro deseo de poder derribar las barreras que artificialmente
nos separan, barreras que en algunos casos ni siquiera somos conscientes de
estar levantando a nuestro alrededor. Creo que ese era el objetivo de la autora
al escribir el libro, como pone en boca de sus personajes:
«¿Acaso no es este el objetivo del libro? ¿que las mujeres no demos cuenta de que somos personas y que hay pocas cosas que nos diferencien las unas de las otras? Al menos no tantas como pensamos» (Página 450)
«¿Acaso no es este el objetivo del libro? ¿que las mujeres no demos cuenta de que somos personas y que hay pocas cosas que nos diferencien las unas de las otras? Al menos no tantas como pensamos» (Página 450)
Todos nos parecemos más de lo que pensamos y este libro puede contribuir a que nos demos cuenta de ello. Si lo consigue, habrá cumplido con su objetivo, y los que lo hemos leído, podremos dar un paso adelante para ser mejores personas.
Por todo ello, a pesar del defecto antes reseñado, doy las cinco estrellas a este libro y os recomiendo su lectura. Porque además, el ritmo es muy ágil y me dejó enganchados desde las primeras páginas. No podrás parar de leer atrapado en una intriga que va cada vez a más.
Criadas y señoras es un cántico a la amistad por encima de cualquier tipo de condicionamiento. Hoy día con un mundo cargado de sentimientos de odio, en que las diferencias no sirven para unir sino para separar, este tipo de lecturas son muy de agradecer.
PELÍCULA VERSUS LIBRO
Si algo cabe esperar de una película americana con presupuesto, es que la ambientación sea muy buena. Y evidentemente en este caso está logradísima, con esa estética de los años sesenta, tan peculiar, tan colorida y tan llamativa que es recogida en numerosos bares o restaurantes a los que se quiera dar un aire estadounidense. Es esa estética de colores pasteles, peinados imposibles y unos coches que ya no pueden encontrarse más que en museos o colecciones particulares. No es el único motivo por el que merece la pena ver la película, pero es un aliciente más.
Quizás uno de los puntos más delicados al trasplantar un libro a imágenes el el casting para sus personajes. Creo que los lectores de Millenium, todavía estamos maldiciendo ese casting, que al margen del hallazgo de una Lisbeth Salander perfecta, tiene un protagonista que es cualquier cosa menos la bomba de atractivo que se describe en el libro.
Puedo decir de antemano que uno de los grandes aciertos de la película está en la selección de todos los actores. Para mí, todos desconocidos, pero que consiguen hacer totalmente creíble la película y emocionar a los espectadores. Hablaré un poco de ellos cuando trate de los personajes.
Uno de los pocos defectos que reseñaba en el libro, era lo flojos que eran los personajes masculinos. Decía a propósito del libro que en algunos momentos, Criadas y señoras parece estarse desarrollando en una sociedad sin hombres, o en la que éstos sólo tienen un papel reproductor o de llevar dinero a casa. Apenas aparece el padre de Skeeter, el marido de Minny sólo brevemente y como un maltratador, el novio de Skeeter es en realidad un egoísta y narcisista que sólo mira por sus intereses sociales, y los maridos de las mujeres que contrataron a las dos negras protagonistas, casi ni existen.
Si en el libro la presencia masculina era mínima, en la película es aún más minimalista, pues se recorta de tal manera la presencia masculina, que el marido maltratador de Minny se nombra pero ni aparece, Stuart el novio de Skeeter tiene unas apariciones tan breves, que su reacción final no es demasiado comprensible para el que no haya leído el libro y el propio padre de Skeeter apenas tiene algún plano en la pantalla.
Como dato curioso, decía también a propósito del libro que pensaba que como en múltiples ocasiones, los editores se habían sacado de la manga un nombre, así como una portada que no me parecía de lo más adecuada, pues si leéis el libro, veréis como parece mucho más acorde una tarta. Y sin embargo, todo obedece a una cita del propio libro, en el que describe cómo es la portada del libro.
Y sin embargo en la película no hay tal imagen, sino un libro de color azul también titulado "The Help"Sigo sin tener claro cuál es el mejor título, si Criadas y señoras o el original The help, la ayuda. Porque no sé si con esto quería referirse la autora al socorro que las mujeres se dan entre sí, o “La ayuda” hace referencia a las propias criadas, porque no sé si es válida en Estados Unidos la frase que aquí utilizamos a veces para designar al servicio doméstico como “la mujer que viene a ayudarme a casa”.
Como curiosidad, en Francia se han decantado por Le couleur des sentiments (El color de los sentimientos), un título completamente distinto pero que refleja muy bien de qué va la película, una película de sentimientos y en el que el color de la piel tiene importancia para muchas cosas, pero no para que las almas puedan sentir y comunicarse.
No es una película perfecta, de hecho su comienzo es un tanto premioso, pero se le aproxima mucho y, teniendo en cuenta la zafiedad y la falta de ideas que sufrimos en la cartelera actual, es más que recomendable asistir a este desborde de sentimientos. Aunque por sentimientos no penséis solamente en que se pueda escapar alguna lagrimita, que también, sino en todo tipo de sentimientos, incluidos el de la alegría y la diversión. Porque Criadas y señoras tiene momentos muy divertidos en los que el cine entero no paraba de reír.
VALORACIÓN: 10/10