CYRANO DE BERGERAC
Aunque pueda parecer mentira, nunca había presenciado esta obra de teatro, ni había leído tampoco el texto teatral. Por no haber, no había visto nunca completa la celebre película basada en esta pieza, en ninguna de sus versiones, pues aunque la más popular hoy día sea la protagonizada en 1990 por Gerard Depardieu, hay otra anterior de 1950 protagonizada por José Ferrer e incluso una de cine mudo del año 1923.
Pero es una figura tan universal este Cyrano, que aún no habiendo visto ni leído ninguna de sus versiones, es imposible no saber de qué va este personaje universal de la literatura. Una fama tan extraordinaria como la nariz que posee su protagonista. Una fama que hizo imposible a su autor Edmond Rostandt escribir nada más, nada que pudiera estar a la fama de lo ya escrito.
Un personaje que por fantástico que pueda parecernos, está basado en la vida de un hombre que existió.Curiosamente lo primero que me viene a la memoria al evocar al personaje, no es Edmond Rostandt, sino unos versos de Quevedo, dicen que escritas pensando en Góngora y de la que aquí os dejo la primera estrofa, de una versión popular de su célebre poema: A una nariz.
«Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa;
érase una nariz sayón y escriba;
érase un pez espada muy barbado.»
EDMOND ROSTANDT
Creo que no está de más empezar contando un poco sobre el autor. Reconozco mi ignorancia, porque no tenía ni idea de quién era, ni siquiera que era el autor de esta obra. Además, si me idea era que se trataba de un autor del siglo XVII, coetáneo de Shakespeare o un poco posterior.
Nada más lejos de la realidad, porque Rostandt nació en el año 1868 y murió en 1918, o sea, hace menos de un siglo. El hecho de que esté ambientada la obra en el siglo XVII es sin duda lo que me ha llevado a este monumental error, porque fijándome detenidamente en el estilo, es una obra con un toque romántico que poco tiene que ver con las del siglo se oro del teatro.
Cyrano de Berguerac la publicó en 1987, tomando como punto de partida un personaje real. Y esta obra no sólo eclipso las que había escrito hasta ese momento: Les musardises (1890), Les romanesques (1894), La princesse lointaine (1895) y La samaritaine (1897), sino que eclipsó toda su obra posterior.
Fue como esos cantantes de éxito que tienen un solo tema del que viven, pero cuyo genio pareció agotarse en este Cyrano universal.
ARGUMENTO
Para colmo, Roxanna le declara su amor por Christian un nuevo cadete que está en la misma compañía que Cyrano, por lo que le pide que le proteja. Christian, muy bello él, pero todo lo que de dotado tiene físicamente, lo tiene de negado a la hora de expresarse. Será Cyrano el que le escriba las cartas de amor para Roxanna y el que le vaya soplando sus discursos. Una combinación ante la que Roxanna cae totalmente rendida.
LA PIEZA TEATRAL
Se trata de una tragicomedia, que empieza con momentos muy cómicos, para poco a poco ir conduciendo al lector, o al espectador de la obra, hacia un final trágico. No son tantos los personajes que el teatro ha convertido en universales, en prototipo de conductas humanas. Don Juan de Zorrilla, Otelo de Shakespeare (Romeo y Julieta, Hamletmy tantos otros del mismo autor), el avaro de Moliere... Sin duda este Cyrano merece estar entre esos personajes.
Plantea un tema que a pesar de los años sigue siendo de plena actualidad: el verdadero amor, la importancia que damos a aspectos que deberían ser secundarios como la belleza. Eso cuando no se cae en esterotipos que hacen que pensemos que belleza e inteligencia no pueden ir unidos. Lo curioso es que aquí el comentario es puesto en boca de una mujer:
«¡Así sois todos los hombres! ¡Si es guapo, no puede tener ingenio!»
Parece como si no pudiese tener todo a la vez: o belleza o inteligencia. Por eso sufre Christian:
«Temo que sea coqueta y frívola… y…, vamos…, ¡que no me atrevo a hablarle!... El lenguaje en uso me turba…, me falta ingenio… Sólo soy un tímido soldado….»
Por eso sufre Cyrano su amor imposible:
«Me está prohibido soñar con ser amado, incluso por una mujer fea, a causa de esta nariz que llega un cuarto de hora antes que yo a cualquier parte. ¿A quien voy a amar entonces? Es lógico: Amo a la más bella.»
Bien es cierto que Cyrano no es precisamente un rostro agraciado:
«Sobre su golilla, cual la de Polichinela, cae una nariz… ¡Y qué nariz, señores, qué nariz!… Al ver pasar tamaño narigudo uno exclama: «No, no es posible… Por favor, ¡esto pasa de la raya!, pensando que no es más que una broma, que se trata de una careta y se la quitará al instante… Pero Cyrano no se la quitará nunca.»
De la unión de Cyrano y de Christian surgirá ese ser perfecto que une belleza e inteligencia. Cyrano vivirá a través de Christian el amor de Roxana y Christian logrará su propósito de enamorar a Roxana gracias al amor y la labia de Cyrano.
Cuando reviso la obra y mis impresiones de la misma, veo que hay tres escenas fundamentales, que además serán las que nos marquen la trayectoria de la misma:
- La escena cómica del teatro: Una doble escena, tanto en la que Cyrano ridiculiza a un adversario que no ha sabido estar a la altura a la hora de ofenderle por su nariz, dándole ejemplos de cómo podía haberlo hecho, como en el duelo que tiene lugar a continuación y que realiza mientras improvisa un poema. Es el lado cómico de la obra.
- La escena del balcón: Al igual que una de las escenas más famosas de Romeo y Julieta es la declaración en el balcón, esta escena es de las que perdura en la memoria. Aprovechando la oscuridad, Cyrano va diciéndole a Christian las palabras que debe usar para enamorar a Roxanna. Pero finalmente termina ocupando su lugar y declarando todo el amor que siente por ella. Es la escena romántica.
- La escena final: Cyrano declama la carta de amor que el mismo escribió por Christian. Es la escena más dramática de la obra, que realmente consigue estremecer.
Hemos ido pasando pues de una obra cómica, a una tragedia.
IMPRESIÓN PERSONAL
Cuando voy a ver en teatro una obra clásica, me gusta luego releerla en casa, poder fijarme más en el texto. Y eso es lo que he hecho también esta vez tras asistir a la representación, que por cierto me encantó, de Cyrano de Bergerac en el Teatro Victoria de Madrid (en la calle Pez, 17)
Releer el texto, me permite fijarme mucho más en los juegos de palabras, velocísimos ellos, en captar mejor ese gradiente trágico que no deja de ir en aumento según avanza la obra en detrimento de la comicidad inicial.
Un texto que aquellos que no tengáis la oportunidad de ver la obra, no la hayáis visto nunca, o que vuestra única referencia del personaje sea la versión cinematográfica, merece la pena que os acerquéis a él.
En breve tiempo habréis dado cuenta de él, no sólo porque el teatro se lee rápido, sino porque el ritmo de esta obra es de por sí vertiginoso.
Sorprende ver que pese a tener algo más de cien años, el trasfondo de la obra sigue siendo actual, máxime en una sociedad como la nuestra que cada vez concede mayor importancia a la belleza, a la que se rinde culta de mil y una maneras, frente a la que cualquier sacrificio parece poco. Si no, que se lo cuenten a las clínicas de cirugía estética o a las de adelgazamiento.
Editorial: Espasa libros
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 240
PVP: 8,95 €